Así como David en el pasado eligió a los débiles, a los desalentados para formar su ejército de valientes, hoy también los siervos de Dios, buscan por las calles, barrios desolados de la ciudad, a los débiles y cansados para llevar a estas personas la fortaleza que sólo la presencia de Dios les puede dar.
Llevando un mensaje de fe y apoyo espiritual, estos voluntarios conversan y oran por las personas, que muchas veces están destrozadas por el sufrimiento.
Las labores de los Ángeles de la Noche, están directamente conectadas al rescate y auxilio de las personas que por alguna dificultad que pasaron residen en las calles de Guayaquil.
Los voluntarios tienen la misión de rescatar y auxiliar a las personas, que se encuentran pasando por momentos difíciles, suplen las necesidades de ellos a través de donaciones de alimentos, los mismos que son obsequiados por miembros de la Iglesia Universal.
El pasado jueves los voluntarios se dirigieron a una calle céntrica de Guayaquil, en la cual pudieron conversar con varias personas que estaban por el lugar.
“Es muy gratificante conversar con cada uno de ellos pues mediante de orientaciones, podemos alentarlos para que así salga de aquella situación”, concluye uno de los voluntarios.