Al comienzo de esta semana, se me acercó una amiga para compartir una experiencia que le había pasado en el colegio. Después de escucharla, me quedé pensando…¡Cuántas chicas deben sufrir con esto también! ¡Porque yo lo sufrí! Y aún hoy, ya en la facultad, paso por situaciones así. ¿Será que estas persecuciones por causa de nuestra fe se van a terminar algún día? ¿Será que un día podremos encontrar amigas de verdad afuera de la iglesia? ¡La mente humana de hoy es tan abierta! ¿Será que un día van a aceptar a un cristiano como aceptan cualquier otro credo o religión? La respuesta es: depende.
Nuestra conversación de hoy es sobre el bullying cristiano. ¿Ya agarraste tu almohada y tu jugo? ¡Yo sí! jaja. Vamos a tener una conversación muy linda hoy. ¡Empecemos!
Ya conté aquí en otro post sobre esas situaciones que pasamos en la escuela y/o facultad debido a nuestra fe. Pero hoy, vamos a hablar sobre lo que tú puedes hacer para no sentirte tan “anormal” y rechazada. Lo que tú puedes hacer para tener personalidad en relación a tu fe. *;) guiño
Para ayudarnos, voy a compartir un mensaje que recibí de una lectora del blog la semana pasada. Presten atención a lo que ella me escribió:
“Hola Raquel!! Yo siempre veo tus posts en el blog de la señora Cris y eso me ha ayudado mucho. Es muy bueno tener a alguien para apoyarnos y ayudarnos con nuestros estudios y carrera; y tú eres quién hace eso. En fin, yo tuve problemas conmigo misma, incluso me siento presionada en relación a la facultad, confieso que estoy con un poco de miedo. No de los estudios, pero sí del ambiente. Y eso, me afecta y me paraliza de una forma en la que yo no consigo moverme. Sé que tengo que salir de la cajita (recuerda ese post que tú escribiste), estoy luchando contra eso. Pero, solo con pensar en cómo será…Tipo, soy cristiana y no sé cómo debo comportarme delante de las invitaciones para las fiestas, bares, bromas; esas cosas de jóvenes que siempre hay en las universidades. Me siento muy oprimida, ayúdame. ¡Por favor! Te juro que no tengo a nadie que me apoye. ¡Me siento tan aislada y extraña con tantos cambios que veo y siento! ¡Qué Dios te bendiga!”
Yo puedo decir, por experiencias personales, que sé exactamente lo que es ser despreciada, anulada, dejada de lado, motivo de burla a causa de la fe. Sé lo que es pasar todo el recreo sola todos los días; y aún en las clases tener que decir que prefiero hacer los trabajos sola por el simple hecho de que nadie quería hacerlos conmigo. Mira, yo ya lloré mucho. ¡Mucho de verdad! Y no consigo acordarme ni siquiera de una amiga que tuve en la escuela porque no tuve ninguna. ¿Sabes de aquella cosa de comenzar una amistad en la escuela y tú, ya siendo adulto, aún tener esa amistad? ¡Yo no sé lo que es eso! jaja. No me acuerdo de ninguna profesora que haya tomado partido y me haya protegido de los rumores, persecuciones e incluso actitudes muy agresivas, hablando moralmente, de los otros alumnos que estudiaban conmigo. Pero, ¿sabes de lo que me acuerdo? Me acuerdo de todo el bullying que sufrí. Me acuerdo de cada chica, ¿ustedes me creen? jaja. Me acuerdo del rostro de ellas y de sus nombres. Me acuerdo de lo que me hicieron, me acuerdo de cómo me miraban. Me acuerdo que un día yo quise ser como ellas. Quería ser aceptada, amada por mis amigas. ¡Quería ser “popular”, quería que me admiraran! Pero, que no me admiraran porque me iba bien en las pruebas sino por quién yo era. Simplemente por ser cómo yo era. ¡Miren! ¡Cuánta pavada! ¡Por amor! Hoy, yo miro para mi pasado y me quedo pensando: “Raquel, ¡cómo fuiste cabeza dura! ¿Cómo es que un día quisiste ser igual a aquellas chicas? ¿Cómo es que un día tú lloraste por causa de ellas?” Entonces hoy, cuando me acuerdo, sonrío. ¡Me alegro! Veo que todo en lo que me convertí solamente fue posible por pasar lo que pasé. Amiga, entiende: tus luchas y desiertos te traen una madurez increíble. Además, tú debes tener la conciencia de que eres diferente. ¡Tú optaste por ser diferente! Tú elegiste seguir un camino que la mayoría de las personas, que están en tu escuela o facultad, optaron por no seguir.
Y entonces, ¿tú te vas a quedar sufriendo? ¿Pensando en cómo sería tu vida si estuvieses del otro lado? Amiga, yo entiendo que es muy difícil. ¡Lo entiendo de verdad! Yo también soy universitaria y paso por situaciones muy delicadas. Situaciones en las que tengo que elegir por seguir la fe que yo profeso y lidiar con las miradas, juicios, sonrisas tímidas y ofensivas u optar simplemente por olvidarme del voto que hice y hago con Dios todos los días. Pero, este fue el camino que yo elegí seguir. ¿Es difícil? Con seguridad…Sin embargo, la promesa nos garantiza la victoria, no la facilidad; ¿entiendes?
El problema es que nosotras, muchas veces, tenemos una cierta dificultad para mirar hacia adelante. ¿Tú crees que hace diez años atrás yo pensaba que estaría aquí hablando contigo? ¡No! En realidad, pensaba que Dios no estaba viendo cómo yo sufría. En mi cabeza yo pensaba: “¿Cómo puede un padre, ver a una hija sufrir tanto, y no hacer nada?” Mira, cuando yo veo que un día pensé así, me emociono porque mi Padre siempre estuvo ahí sustentándome. Él nunca me dejó. Él permitió que sucediese todo eso para que hoy pudiésemos estar conversando aquí como amigas. Como son las cosas, ¿no es cierto? Muchas me rechazaron porque yo quise hablar de Jesús, por ser la “diferente”…y hoy, tal vez, una de esas esté leyendo este post. ¡Y hoy, te tengo a ti! ¡Una amiga linda y amable a la que puedo ayudar! ¡Qué alegría!
Entienda que todo coopera para el bien de aquellos que aman a Dios. Entiende que, aunque no parezca, Dios está contigo. ¡Ten personalidad en tu fe! ¡No seas débil! ¡Jesús venció cosas mucho peores por ti! No te vendas por una popularidad momentánea, amiga. ¡No vale la pena! ¡En serio! Lo que sirve es que tú asumas a Jesús delante de los hombres…incluso, porque es la consecuencia de esa actitud sinceramente. ¡No hay nada que lo pague! Ni aceptación, ni popularidad, nada. ¡La recompensa en maravillosa! ¡Ah, qué alegría!
“A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos”. (Mateo 10:32-33)
P.D: ¿Quién se acuerda que hoy les iba a contar una novedad? ¡La promesa es deuda por aquí! jaja.
La novedad es que en breve tendremos un espacio solo nuestro (uuhhhu). ¡La Estudiante Blindada tendrá un blog! ¡Ay, chicas! ¡Estoy tan feliz que vamos a estar más juntitas durante la semana! Y además de asuntos espirituales, como los que abordamos aquí los sábados, abordaremos asuntos de maquillaje, cocina, tips de #Hágaloustedmisma, moda, un espacio para los padres, tantas cosas. ¿Tú tienes alguna sugerencia? ¡Cuenta, cuenta, cuenta! Estamos trabajando para que nuestro rincón quede lindo para ustedes.
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Nos vemos por ahí o por aquí. *;) guiño
¡Un súper beso!
Quel Delatorre.