Yo me casé a los 17 años, después del último año escolar del High School y como de costumbre, un poco antes de la graduación las escuelas americanas hacen una fiesta para los nuevos graduados llamada “Prom Night”.
Es el tipo de fiesta a la que todo el mundo en la escuela ansía ir. A quién le gusta ver películas americanas ya debe haber visto esa fiesta por ahí -hace parte de la cultura americana. Y para la mayoría de las chicas, es la primera vez que se usa un vestido de fiesta; entonces muchas veces, el vestido se prepara un año antes. El otro factor de esta fiesta es que todas deben ser invitadas por algún chico. Ir a la Prom sin ningún chico es humillante…
En aquella época, todo el mundo en la escuela quería conocer a mi novio y ya que íbamos a tener la fiesta, me presionaron para ir…“Tú tienes que ir Cris y ahí nosotras conoceremos a Renato”.
Pero, ¿cómo es esa fiesta? ¿Qué es lo que sucede ahí?
Les pregunté…Les recuerdo a todas que en esa época, no existía Internet para que pudiésemos hacer una investigación rápida sobre asuntos desconocidos en google.
“Es sólo comer y bailar, pero si no quieres bailar, tú solamente puedes comer…”
Yo sabía eso, pero alguna cosa dentro de mí no me dejó en paz al respecto de esa fiesta; sin embargo, yo dije que sí, que iría. Después, alquilé un vestido de fiesta. Sería una noche importante para mí y para Renato, quién iba a ser presentado para todo el colegio (pobre). Pero, a medida que los días fueron pasando, mi conciencia comenzó a pesar…Y yo comencé a cuestionarme.
¿Qué es lo que voy a hacer ahí, en esa fiesta?
¿Será que no estoy yendo solamente para aparecer con Renato?
¿Será que conviene que una joven como yo, que no va hacer lo que las otras jóvenes van a hacer en la fiesta, esté en esta fiesta? ¿Y Renato? Comer por comer, yo como en casa.
Fue así que pocos días antes de la fiesta, yo desistí y Renato me agradeció. Él tampoco estaba con ganas de ir a la fiesta y estaba yendo solo para agradarme (¡Qué gentil!).
Por supuesto que nadie en la escuela lo entendió e incluso me criticaron por eso, pero la realidad es que a veces necesitamos preguntarnos por qué sino vamos a hacer cosas que no convienen…Y realmente, esa fiesta no tenía nada que ver conmigo y Renato. Nosotros nos estábamos guardando para nuestra luna de miel. Después, me enteré que es en ese tipo de fiesta que muchas jóvenes pierden su virginidad y que la “fiesta” de verdad solamente sucede después de la fiesta oficial. Claramente, ese no era nuestro lugar.
Yo me negué a un sueño que toda adolescente de mi edad tenía en aquella época; de ir acompañada al Prom con un chico. Bueno, días después, un joven no solo me acompañó al Altar y se casó conmigo sino que me hizo la joven más feliz del mundo.
“Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna” (1 Corintios 6:12)
Queda el consejo mis queridas. A veces nuestras elecciones necesitan estar en contra de las elecciones de todo el mundo. Eso sí es tener su propia personalidad. ¿Saben lo que yo perdí al no ir a aquella Prom Night? Nada, al contrario, yo gané: paz, una buena conciencia, personalidad propia, respeto e incluso admiración propia porque no me dejé ser influenciada.