«Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó.» (Mateo 14:31-32).
Los que caminan con Dios y dependen de Su cuidado, nada temen, confían en que su Señor, que es el mismo y fiel a Su Palabra, los guardará de todo mal. En esa fe son sustentados.