Fue emocionante ver ayer el final de la novela “Los Diez Mandamientos – Segunda Temporada”. ¡¡Ya la echo de menos!! Fueron tantas lecciones, tantos mensajes importantes para la vida, para la familia, para el amor, para la amistad, y principalmente para la fe… y yo no aguanté… no tenía tiempo para escribir este post pero tenía que escribir hoy sobre un personaje que fue puramente ficticia: Betania.
La historia de Betania no está en la Biblia pero ella es una de las historias más comunes del ser humano. Ella cuenta la historia de una persona que vive tomando decisiones equivocadas en la vida y vive sufriendo por eso, y en el fondo piensa que Dios la abandonó, que ella nació para ser infeliz.
Betania fue una persona que tomó muchas decisiones equivocadas en la vida. Quien asistió a la primera temporada de la novela, vio cómo ella se rebajó en la vida para conseguir lo que quería, e incluso así, no lo consiguió.
Betania se enamoró de Moisés e hizo de todo para “conquistarlo” insinuándose a él de todas las formas. Cuanto más ella quería porque sí a Moisés, menos ella lo tenía. Fue entonces cuando ella optó por usar ciertas “artimañas espirituales” para conseguirlo. La idea era prostituirse para gradar a las “diosas” (encostos) para que así ellas le diesen su pedido.
Después de prostituirse con varios hombres, Betania se convirtió en una prostituta y perdió todas las oportunidades de casarse con Moisés. Fue en ese momento que en vez de que Betania parara con aquella locura, ella hizo lo que mucha gente hace… se ahogó en su error.
Betania vio que había hecho las elecciones equivocaciones y decidió fingir haber hecho las elecciones correctas, por lo menos delante de su familia, que varias veces intentó sacarla de aquella vida. Por más que ella supiese que todos tenían la razón, su orgullo herido no la dejó regresar a la casa durante muchos años.
Betania se convirtió en una sacerdotisa de Baal y después de quedar embarazada de uno de los hechiceros de la época, Balaam, fue inducida a sacrificar a su hija recién nacida para los dioses, lo que casi sucede… felizmente su conciencia no la dejó hacerlo y entonces abandonó a la hija con el padre y tambien aquella vida.
Observe el otro error que ella cometió… ella no se equivocó en no sacrificar a su hija, pero la dejó con el padre. Esa equivocación continuó atormentándola después que regresó a la casa de su padre. Por más que ella hubiese regresado a Dios, aquella hija que ella abandonó la impedía mirar hacia adelante. Al viajar con el padre para Moab, y descubrir que su hija todavía estaba viva, Betania entonces cometió otro error grave: decide quedarse en aquel lugar, de donde ella huyó anteriormente, que ya había probado ser una pésima elección en el pasado. Por más que le haya parecido noble por su parte quedarse para encontrar a su hija, lo que ella estaba colocando en juego era su propia fe -y fue lo que sucedió.
Betania se casó con un hombre malo, pasó por varias humillaciones, tuvo que sujetarse a los rituales a los encostos de la época, mintió para su familia, fue amenzada, manipulada, vivió sola, traicionó al marido y a la propia conciencia, tuvo una hija que creció y la rechazó por completo y peor fue usada por los “dioses” contra su propio pueblo.
A veces las personas piensan que Dios las abandonó pero, ¿quién abandono a quién en verdad?
Cada vez que usted toma una decisión equivocada, usted está desviándose de la voluntad de Dios.
Quien no busca hacer la voluntad de Dios, comete infelizmente ese error diariamente. Nuestra voluntad viene del corazón, que es extremadamente corrupto, es decir, nuestro corazón quiere hacernos mal, quiere vernos sufrir, quiere llevarnos para el infierno… ¿entiende ahora?
No se corrige un error cometiendo otro.
¿Quiere aprender a hacer la voluntad de Dios? Comience a pedirLe que le muestre su voluntad y pare de hacer lo que usted tiene voluntad de hacer… piense y vea lo que es CORRECTO hacer en primer lugar.