A causa del vicio del alcohol hice sufrir a mi esposa y a mis hijos.
Intenté por mucho tiempo abandonar el vicio del alcohol pero no lo lograba.
Llegué a la Iglesia Universal un domingo, ese día hablaron de la Campaña de Israel y decidí participar. Hubo un cambio, me liberé del vicio del alcohol, fui curado de mis enfermedades, poco a poco comencé a conquistar; comencé con 4 cuadras de sembríos y fui creciendo. Hoy siembro 40 cuadras y trabajo con mi propio capital.
Tengo maquinas agrícolas, conquisté un auto 0 kilómetros, una casa nueva. Puedo decir que tengo una familia feliz porque creí en la Promesa y Dios me dio la victoria.