Era una persona extremadamente depresiva, nerviosa y tenía serios problemas en el matrimonio. como mi marido tenía vicios, la parte económica estaba destruida.
Él iba directamente del casino al trabajo y viceversa, es decir se pasaba las noches sin ir a casa. Y, cuando finalmente aparecía por casa, discutiamos fuertemente llegando, incluso a los agresiones verbales y fisicas.
llegué también a sentir un fuerte deseo de separarme ya que no veía cómo perdonar aquella traición. Todo eso hacía que no existiese paz en mi vida y, la verdad, era una persona que vivía de apariencias, sonreía por fuera pero, por dentro, era infeliz.
Pero, felizmente, todo cambío. Tengo paz interior y exteriormente. Mi marido reconoció su error, lo que permitio el perdón y la reconciliación. Nuestro matrimonio fue reconstituido y, por eso, ¡soy una persona feliz y transformada!" Manuela Santos