Mi padre nos abandonó porque mi madre tenía cáncer en los pulmones. Mi hermano mayor se hizo cargo de la familia, él nos alimentaba y nos llevaba a la escuela, nunca imaginé que mi hermano mayor era miembro de una pandilla. A los 4 años, vi como él y mis otros hermanos vendían armas y drogas. Además de eso, mi madre era constantemente golpeada por su nueva pareja. Una noche cuando mi hermano llegó a recogerme, un auto se detuvo y le dispararon tres veces. Él murió en mis brazos Asumí el papel de mi hermano como líder de la pandilla. Robaba en bancos, tiendas de joyas y fui detenido en varias ocasiones.
Una noche me golpearon hasta que perdí el conocimiento, caí en un estado de coma 6 meses, el médico me declaró muerto, pero justo antes de desconectar los aparatos que me mantenían con vida, desperté.
Me invitaron a la Iglesia Universal, comencé a participar frecuentemente y en ese período mi madre murió. No desistí pues quería tener una vida diferente, perseveré y Dios me transformó, hoy soy feliz, vivo en paz, actualmente estoy en la universidad y todo en mí cambió.