Decidió dejar el trabajo como modelo para estudiar y dedicarse a la carrera de diseñadora de moda.
«Hice mi primera exposición en el 2007, pero nunca tuve una satisfacción significativa a nivel laboral.
Abrí dos farmacias, una de ellas frente a un hospital pero después de muchas contrariedades, el negocio, quebró. Luego enexplicablemente comencé a tener pérdida de cabello lo que duró años, busqué la causa y la posterior cura, incluso visité cinco especialistas diferentes, pero ninguno fue capaz de encontrar la solución. Sobrecargada con tantas preocupaciones decidí cerrar el negocio”.
«A través de mi madre, conocí la Iglesia Universal. Aquí, tuve la oportunidad de conocer a un Dios vivo, que me oye. Él me mostró Su poder y misericordia infinita, dándome paz y salud. Esto fue sólo el comienzo, después tuve la oportunidad de participar en una Campaña de Israel, hice mi sacrificio, y Dios me dio cosas que yo ni imaginaba que podía llegar a tener.
Abrir un taller de alta costura. Ahora vivimos en una gran mansión en el centro de Roma, además pude tener mi propia marca de ropa.