Una de las características más impresionantes del Dios de Israel es su invisibilidad en lo que respecta a su imagen. No se sabe como es, si es alto o bajo, el color de su piel, sus ojos, la fuerza de sus brazos, su postura, su rostro, así que … Nunca nadie lo vio, sólo cuando Él se hizo carne a través de Su Hijo, el Señor Jesús, que llegó justo en un momento en que no había cámaras. Así que sólo quien vivía en ese momento es que tuvo el privilegio de haberlo visto con sus propios ojos.
Muchas personas siempre lo han cuestionado hasta en Israel y esto se puede ver claramente en la novela de “Los Diez Mandamientos”, que se ha convertido en una película que todos pueden ver desde el día 28 en los cines, ¿no es cierto, chicas?
Pero la cuestión es que nadie entendió eso e incluso hoy en día muchas personas se lo cuestionan en su interior. ¿Cómo se puede creer en un Dios que no se ve? ¿Cómo se puede servir a un Dios al que no se puede tocar?
Ayer, al participar en una reunión muy bendecida dada por mi padre en Pompano Beach, Dios me mostró su excelente visión …
Cuando miramos la creación de Dios, vemos el infinito del Universo, la belleza de las estrellas, galáxias, y de los planetas que nunca entenderemos del todo. Y no necesitamos ir tan lejos para ver la inmensidad del mar, la variedad de peces, el control y el equilibrio que cada plantación y especie marítima tiene en la naturaleza. Los animales que viven una vida simple y a la vez exótica, llena de hábitos perfectos para su procreación y orden en la naturaleza. Vemos las cuatro estaciones, siempre fieles año tras año, que nos traen momentos diferentes todos los años. ¡Nuestro cuerpo humano que parece una máquina, tan perfecto en todo!
Pero no son sólo en las Obras de la naturaleza es que vemos a nuestro Dios. Lo vemos en las personas que Lo sirven también, de hecho, esa es una de las mayores visibilidad que Él tiene.
Cuando mira mis ojos, ¿qué ve? ¿Paz o preocupación?
Cuando oye lo que yo hablo, ¿qué oye? ¿Palabras que te fortalecen o palabras que te hunden?
Cuando se fija en lo que yo visto, ¿qué ve? ¿Discreción y respeto o sensualidad?
Cuando ve la hija que soy con mis padres, ¿qué ve? ¿Consideración o ingratitud?
Cuando ve la hermana que soy con mis hermanos, ¿qué ve? ¿Amistad o enemistad?
Cuando ve la esposa que soy con mi marido, ¿qué ve? ¿Ayuda o competencia?
Cuando ve la madre que soy con mi hijo, ¿qué ve? ¿Amor o irritación?
Cuando ve la amiga que soy con mis amigas, ¿qué ve? ¿Amistad o egoísmo?
Cuando me ve a mí, ¿qué ve? ¿Confianza o la timidez?
Cuando lee mis textos del blog o mis libros, ¿qué ve? ¿Fe o duda?
Cuando me ve en la televisión o escucha los programas de radio que hago junto a mi esposo ¿qué ve? ¿Verdad o hipocresía?
Cuando me sigue en mis redes sociales, ¿qué ve? ¿Fuerza o debilidad?
Si yo soy de Dios, ve a Dios en mí, no sólo en algunas cosas – en todo. En todo lo que soy, hablo, me visto y sigo.
Ya los otros “dioses”, la visión es la imagen que se hacen ellos y la vida de sus seguidores …
No estoy aquí para criticar la religión de nadie, después de todo, yo no me considero una persona religiosa; con razón, la religión separa a las personas. Sólo quiero que piensen por sí mismos y lleguen a una conclusión.
El aire que respiramos es una de las cosas más obvias que tenemos a nuestra disposición y es invisible. No caigamos en el error de querer tocar y ver lo que no debe ser tocado ni ser visto.
En la fe.