Para alcanzar el éxito, es necesario lidiar bien con los obstáculos.
Aprenda:
Los problemas tienen la capacidad de dejarle más fuerte o más débil. Todo depende de su reacción y de cómo lidia con ellos.
Entienda:
Quien quiere ser exitoso, tendrá que enfrentar los desafíos, no podrá desistir ni huir durante los momentos difíciles. Abraham, fue y es hasta los días de hoy un ejemplo claro y vivo de alguien extremadamente bendecido, pero, para llegar a ese nivel, tuvo que enfrentar una serie de obstáculos. Vea dos consejos dados al patriarca por el Altísimo que fueron imprescindibles para que él venciera:
1- No tema:
Todo ser humano tiene sentimientos y puede tener miedo en algún momento. Pero, no debe dejarse llevar ni vencer por ellos. Es normal sentir miedo, pues finalmente, usted está vivo. “No será fácil”, habrá momentos en que tendrá que decir eso para sí mismo, sin embargo, debe permanecer en la certeza de que esa lucha pasará y se tornará un gran testimonio en su vida.
2- Sepa esperar:
El ser humano por naturaleza se muestra ansioso, pues a nadie le gusta esperar, principalmente delante de una situación caótica. Usted no puede ser una persona ansiosa. Sepa que es necesario insistir y perseverar para alcanzar el resultado, eso requiere tiempo.
Aprenda más:
Participé de las reuniones del Congreso para el Progreso, para aprender más sobre el éxito en todos los aspectos. Este congreso será un punto clave para su desarrollo personal y profesional, en el que adquirirá sabiduría de lo Alto para administrar sus bienes.
La vida ordinaria que teníamos, pasó a ser extraordinaria
Mi familia era un caos, en ningún aspecto conseguía ver la vida abundante prometida por Dios, en la familia había peleas e infidelidades, el vicio del alcohol de ambos no permitía que avanzáramos económicamente, todo negocio que emprendía no evolucionaba. Mi esposo tenía psoriasis y eso empeoraba la situación.
Un día mi mamá nos invitó a la Iglesia Universal, desde la primera reunión percibí que había solución.
Paulatinamente todo fue cambiando, pero después que tomé la decisión de hacer un pacto con Dios todo fue diferente.
Hoy tenemos alegría, paz interior y unión en nuestro hogar, se acabaron las peleas, las infidelidades, el vicio y las enfermedades. Incluso, el negocio que tenemos está marchando super bien, nos llegan los contratos y tenemos mucho trabajo gracias a Dios.
Nuestra vida ordinaria, cambió de una forma extraordinaria después de hacer un pacto con Dios.
•• Mireya y Franklin