«Suyo es el mar, pues Él lo hizo, y sus manos formaron la tierra firme. Venid, adoremos y postrémonos; doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor.» (salmos 95: 5-6).
El mar y la tierra fueron creados por Dios y obedecen todas Sus órdenes. No obstante, pocos son los hombres que lo honran y obedecen Sus leyes.