En medio de una tempestad, el Señor Jesús descansaba, mientras que los demás estaban desesperados.
Si alguna vez se encuentra delante de una situación difícil, no se desanime, no desista, no tire la toalla como muchos hacen, apenas recurra a quien le puede ayudar, Dios. No existe un arma más fuerte que las armas espirituales.
En una ocasión una reina dijo: “prefiero enfrentar a un ejército que a un hombre de oración”.
Nunca desista de sus objetivos, apenas crea en el carácter de Dios, si Él prometió, cumplirá, pues nunca desamparó a quien confió en Él. Quien cree en su objetivo, determina y confía en que Dios está en el control.
Nunca obtenía nada…
Vivía en la escasez y el no ser feliz en el área sentimental me llevó a la depresión.
Luego comencé a pensar en el suicidio, fue en esos momentos que llegué a la Iglesia Universal.
Seguí la orientación que me dieron y así, a través de la fe fui liberada de todos los males. Me casé y tengo un hogar feliz.
Tras hacer un pacto con Dios adquirí mi empresa. Hoy no hay escasez y ya no soy infeliz. Sin embargo, mi felicidad no está en lo que tengo o pueda conquistar, pero sí en la riqueza de tener el Espíritu Santo, Él es mi tesoro incalculable.
•• Livia Silva Empresaria