La maldición que pasa de generación en generación es aquella que se transfiere de los padres para sus hijos, y así millones en el mundo entero, de cualquier cultura o religión no consiguen determinar el origen de sus problemas.
problema, que pasó para mí y luego para mi hija…”. Cuántas veces escuchamos de la boca de conocidos o desconocidos estas mismas palabras , aceptando como “natural” un problema que, antes de volverse suyo, fue de otro familiar”. Diabetes, hemofilia, hipertensión, obesidad y alergias… muchas de las enfermedades hereditarias son muy conocidas y se resumen en un conjunto de afecciones llamadas de genéticas, caracterizadas por transmitirse de generación en generación, esto es, pasan de padres para hijos, pudiendo o no manifestarse en algún momento de sus vidas. ¿FICCIÓN O REALIDAD? Sin embargo, no son apenas las enfermedades genéticas los únicos problemas hereditarios. Hace más de una década, la Organización Mundial de Salud (OMS) informaba que en sus más recientes descubrimientos la posibilidad de que la susceptibilidad a las adicciones, al alcohol y las drogas, es hereditaria. “Hijos y padres dependientes de sustancias psicoactivas, como el alcohol o drogas ilícitas, tienen una predisposición hereditaria para desarrollar el mismo tipo de problema”, revela la investigación de la OMS en el 2004.
QUEBRAR EL CICLO. Pero, ¿será que es posible quebrar un ciclo que la gran mayoría considera como una “herencia” que no hay cómo rechazar? En primer lugar, es importante saber y reconocer que usted, como ser humano, no fue hecho para sufrir, mucho menos con problemas o enfermedades que ya llevaron a sus antepasados a la destrucción. El origen de la familia está en Dios. Todo el universo tuvo su origen en la Santísima Trinidad y por eso, la familia humana solamente será perfectamente feliz si fuera constituida en el espíritu de la Familia de Dios. Como los hijos son creados para la gloria de los padres, también la familia fue creada para la eterna gloria de Dios”. Esto deja claro que no debemos aceptar los problemas en la familia ni ninguna herencia maligna que pueda afectar a las generaciones, pero esto es posible a través del uso de la fe, pues ella vence cualquier situación o condición, aún las hereditarias.
Desde un punto de vista espiritual aquellos males o enfermedades que pasan de generación en generación se deben a la actuación de espíritus malignos, los mismos que una vez que hallan concluido su ciclo de maldad en la vida de una persona hasta su muerte pasan a posesionarse de otro miembro de la familia, como está escrito: “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir.” Jn. 10:10.
Todos los viernes en la Iglesia Universal en todo el país se realiza la reunión de la Limpia Espiritual para combatir todos los males que afectan su vida y la de su familia, si usted desea quebrar la maldición que ha venido afectando a sus seres queridos a través de las generaciones acérquese y por la fe libérese de toda actuación maligna.
La HERENCIA de la destrucción familiar
Desde pequeña vi el sufrimiento en los hogares de mis familiares, en algunos hubo separación de matrimonios, en otros peleas, desunión familiar y enfermedades.
Cuando me casé también viví lo mismo en mi hogar, discusiones, enfermedades, fui víctima de un trabajo de brujería, a raíz de esto no conseguía dormir, me torné una persona nerviosa, mi estado de ánimo cambió, por lo cual empecé a maltratar a mis hijos, luego me separé porque no soportaba más la situación.
Llegó un momento de mi vida en que no soportaba estar en la casa, por eso salía por las calles sin rumbo, esto me aliviaba de un tormento interno que no sabía de dónde provenía, también padecía de fuertes dolores de cabeza, además guardaba rencor por mi ex esposo.
Así llegué a la Iglesia Universal donde participando de la cadena de viernes de la Limpia Espiritual entendí que había vivido un infierno a causa de la actuación de espíritus malignos que habían afectado de generación en generación a mi familia.
Aunque no fue fácil pero estaba decidida a luchar por mi vida y por mi familia, de esta manera aprendí a usar mi fe porque sólo a través de ella obtendría aquella felicidad que tanto anhelaba.
Fui liberada del trabajo de brujería y de aquella maldición hereditaria de la infelicidad en la familia que desde pequeña había vivido.
Hoy soy una mujer feliz, tengo salud, paz, se lo que es unión familiar y disfruto de una buena relación con mis familiares, gracias a Dios.
Si usted se sintió identificado con este tema, o sufre de otros males, participe este viernes en todas las iglesias Universal del país, a las 7H, 10H, 15H, 17H. Dando clic usted podrá ver la dirección más cercana a su domicilio.