Cuando estamos determinados a vencer, lo que no faltan son personas para desafiarnos y situaciones para hacernos desistir, ¿no es así? Moisés, el libertador de los hebreos, por ejemplo, enfrentó grandes dificultades para llevar a aquel pueblo a la Tierra Prometida. Pero, logró triunfar con tan solo dos secretos.
Priorizar a Dios
En medio del desierto, Moisés tenía 3 millones de personas bajo su responsabilidad. Es decir, tenía 3 millones de problemas para resolver constantemente.
Para lidiar con esa situación, tenía un secreto en mente: nunca estuvo delante de la presencia del pueblo, sin ir primero ante la presencia de Dios. Ese es un gran secreto para vencer en cualquier área de la vida.
“Moisés buscaba al Altísimo, quien le daba la orientación de qué hacer y, así, resolvía las dificultades de todos. Si el ser humano buscara al Señor en primer lugar, se evitaría una gran cantidad de problemas”, explica Edson Costa.
Antes de estar delante de un cliente, el gerente de un banco, en una reunión de negocios o en cualquier otra situación, póngase delante de Dios. Pídale dirección con el fin de que Él vaya adelante y, así, todo saldrá bien. Es el poder del Señor que va delante de usted y cambiará su situación.
Ser guiado por la Palabra
Todo pasa, pero la Palabra de Dios nunca pasará. Moisés tenía esa conciencia y dejaba que la Palabra dictara las reglas en su vida y en su función de líder de Israel.
El motivo por el cual hay tantas personas fracasadas, incluso dentro de la iglesia, es porque no dejan que la Biblia oriente sus vidas, sus pensamientos, sentimientos, intenciones, postura, posición con relación a la vida.
“Cuando usted hace eso, tiene luz propia, camina con sus propias piernas. Aunque enfrente luchas, Él hablará con usted. Pueden tramar lo que sea, usted va a vencer”, afirma el obispo.