Viviendo en un refugio y con una vida totalmente destruida el señor Derci nos cuenta como su fe y su sacrificio hicieron de él un empresario exitoso.
“Viví en un refugio hasta los 8 años, después de cumplirlos me fui a la calle, ahí vivía de mendigo, porque no tenía a nadie, no tenía familia, dormía en las plazas, en ocasiones las personas me botaban del lugar donde dormía, me alimentaba de lo que encontraba en los tachos de basura; esa fue la vida que tuve cuando viví en la calle.
Una vez pasé por una Iglesia Universal, un obrero en la puerta me llamó, de él recibí un mensaje de ayuda, a continuación me dio un sobre vacío y me dijo: –ve y has tu sacrificio, y “tal día” vuelve aquí–. Tomé su palabra y me fui a vender latas y cartón así fui reuniendo para hacer mi sacrificio, a tal punto que cuando intenté guardar en el sobre lo que había reunido no entró, tuve que tomar una bolsa de supermercado, puse todo dentro, y lo llevé a la iglesia. –Probablemente eran unos 1.000 dólares, pues como no sabía leer ni escribir y menos sumar–.
Una semana antes llegué a la iglesia y puse aquella bolsa en el altar. Luego de esto continué viviendo en la calle, de ahí poco a poco la situación fue mejorando, conseguí un empleo en construcción civil. Continué asistiendo a la iglesia; allí los pastores y obreros me orientando y poco a poco obtuve la visión para salir adelante.
Después de unos 3 meses el dinero fue ingresando a mi economía; hoy gracias a Dios soy un empresario, tengo mi negocio, y varios empleados que con estudios y diplomas están a mi cargo.
La mayor bendición que Dios me ha dado es mi esposa ella es una persona estudiada. Como no sé leer, ni escribir –apenas sé escribir mi nombre– ella me orienta en muchas cosas que no sé hacer.
Actualmente tengo mi casa propia y un auto del año, tengo una vida muy bendecida gracias a Dios.”