La realidad de aquellos que viven en las calles es muy dura. De acuerdo con la Organización No Gubernamental (ONG), 702 millones de personas viven en condición de extrema pobreza en el mundo, lo que representa el 9,6% de la población mundial.
Para minimizar el dolor y amparar a los necesitados, el grupo de los Ángeles de la Noche de la Iglesia Universal, lucha constantemente para erradicar las condiciones precarias e inhumanas, de las personas que viven en la calle.
Ayudando a millares de personas, que no tienen donde vivir y hacen de las calles su hogar. Para desenvolver esta acción, los voluntarios se disponen a brindar unas horas de su tiempo, para salir por las noches, durante la semana, y se desplazan por las calles de la Urbe porteña.
El objetivo es y seguirá siendo, llevar un poco de alimento espiritual, que cada uno de ellos tiene y brindar apoyo, con el cual podrán tener fuerzas para salir de la situación en la que se encuentran.
“No aceptar los problemas y admitir que se necesita a Dios, debilita al mal”, les fue indicado a las personas basado en lo que está escrito en la Palabra: “Diga el débil fuerte soy”, fue el mensaje por parte del pastor Gustavo, exhortando a algunos indigentes que se encontraban en las calles de la ciudad de Guayaquil. Así como éstas personas, existen muchas que viven en los portales de las casas y edificios céntricos de la ciudad.
“La parte más difícil es cuando vemos a varios de ellos que se encuentran en una situación precaria y algunos son personas adultos mayores y no cuentan con absolutamente nadie, que les brinde un apoyo.
Nosotros hacemos aquello que está escrito en la Palabra de Dios, brindándoles y compartiendo con ellos todo lo que recibimos de Dios, es por eso que cada día nos encontramos con diversos casos, pero sabemos que con la ayuda de Dios, todo se podrá resolver”, concluye uno de los voluntarios.