No siempre sabemos que nos estamos anulando. Por lo menos en mi caso, yo pensaba que estaba simplemente siendo la esposa ideal.
Cuanto más me perfeccionaba como esposa, me distanciaba más de la persona que yo era… y es así que comienzas el proceso de auto-anulación. Cada vez que dejas de ser tu misma, te estás desvalorizando y, al mismo tiempo, valorando aquello que no eres tú.
Es por eso que muchas mujeres no logran realizarse. Recuerdo las veces que me sentía tan desvalorizada que iba al shopping para comprar ropa que de alguna forma pudiesen devolverme valor. Cambiaba mi corte de cabello, el color, en fin… pensaba que lo que hacía no me valoraba, tal vez lo que aparentase pudiera hacer un milagro… ¡nada!
Durante 12 años fui así. La esposa “perfecta” y totalmente anulada. Eso me acarreó otros problemas, más allá de las inseguridades y celos. Cuando no eres quien realmente eres, vives por lo que los otros esperan que seas… una esclava de la opinión ajena. ¿Y sabes lo que es peor? Tú misma llevas a que los otros te anulen también, al final, no tienes opinión propia.
Yo cambié cuando comencé a creer en mi valor y a desenvolver mi potencial. No sirve que solo creas en ti misma, necesitas mostrarlo a través de actitudes. Hice eso y nunca más nadie puedo anularme, principalmente, yo misma.