“Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él.” (1 Corintios 6:17)
¿Cómo sería posible unirse al Señor y ser uno con Él? ¿Cómo nuestra materia humana puede unirse al Señor que es Espíritu? ¿Cómo dos seres se vuelven uno solo?
Cuando recibimos el Espíritu Santo nos convertimos en una sola persona con Dios. Nuestra materia es santificada ¡Es un matrimonio con Él!
Para esto es necesario darse por completo a Él, sacrificando sus deseos, su querer, el egoísmo, la vanidad y renunciar a las cosas de este mundo, para hacer la voluntad del Altísimo, también incluye someterse a Su Palabra y hacer de Él su Único Señor y Salvador. Cuando esto sucede los dos se vuelven Uno.
El mayor problema de las personas, no es la enfermedad, el problema familiar o económico, el mayor problema que enfrentan es el hecho de no conocer a Dios; y para que esto suceda, es necesario hacer el mayor sacrificio, esto es, ¡abandonar el pecado!
Infelizmente nadie está libre de las tentaciones, pero tenga en cuenta una cosa, que ser tentado no es pecado, pecado es, caer en la tentación, o sea, cuando el mal pensamiento pasa a ser práctico.
Únicamente priorizando a Dios, colocándolo en primer lugar en nuestra vida, por encima de todo, incluso de nuestra familia, es que podemos recibir su Espíritu en nuestras vidas.
Las personas que no tienen el Espíritu Santo cargan un vacío dentro de sí, del tamaño de Dios; ya que, sólo Él puede llenarlo.
Es imposible que alguien sea verdaderamente feliz sin recibir el Espíritu de la felicidad, que es el Espíritu de Dios.
Existen personas con mucho dinero, fama, “poder”, pero se encuentran vacías; así también hay personas pobres, que piensan que no valen nada, porque nada tienen; pero la verdadera razón de tener esa vida frustrada y vacía, es porque no quieren abandonar la vida de pecado, ni quieren entregarse por completo a Dios.
Muchos se han equivocado al priorizar las cosas de este mundo, en lugar de priorizar el Reino de Dios.
El Espíritu Santo nos da sabiduría y entendimiento, para saber cuál es el camino a seguir, y tomar siempre las decisiones correctas; de esta manera, usted no queda en la dependencia de nadie, sino exclusivamente de Dios.
Por eso entregue toda su vida, para que el Fuego de Dios (Espíritu Santo) descienda y haga morada en su ser.
Amigo lector, deje de lado la ilusión de tener una vida nueva apenas porque empieza un nuevo año, pues sólo el Espíritu Santo es capaz de darle una nueva vida.
Si usted necesita comunicarse con el obispo Ronaldo, para aclarar alguna duda que tenga o necesita una orientación, escríbale al correo electrónico: orientacion@universal.org.ec
Participe todos los domingos de la Concentración de Fe y Milagros, a las 9H, en la Av. de Las Américas 305, Norte de Guayaquil o en la Iglesia Universal más cercana a su hogar y reciba la misma oportunidad que tuvieron miles de personas, para poder cambiar el rumbo de sus vidas.