¿Cuál es la diferencia entre creer y confiar?
Miles de personas salen de sus hogares a tempranas horas de la mañana para asistir fielmente a la reunión que se efectúa todos los días domingos a las 9:30 en la Sede Nacional, de la Universal.
Ansiosos por escuchar las enseñanzas del pastor Walber Barboza los asistentes se ubican siempre en los primeros asientos, y atentos abren sus oídos y espíritu a cada palabra que es dicha cada mañana.
“Para cambiar de vida no basta sólo con el deseo de querer cambiar, para poder lograrlo es necesario una confianza ciega en Dios.
El problema es que muchas personas sólo se quedan deseándolo pero ninguna de ellas materializa su confianza en Dios a través de actitudes.
Muchos son los que dicen que confían pero al momento de entregar su vida y obedecer la Palabra de Dios ellas no quieren hacerlo.” Jesús dijo a Pedro mientras se hundía delante de Él:“Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” Mateo 14:31.
“Las personas deben entender que en la iglesia hay dos tipos de personas cuando nos referimos a la Fe: los que creen y los que no creen. Pero entonces usted quizás se pregunte ¿cómo puede alguien que viene a la iglesia no creer?
Y la respuesta es más sencilla de lo que usted cree, ‘la fe demanda confianza’, y existen personas que creen pero no confían.
Una cosa es creer y otra muy diferente es confiar. Pero la confianza debe ser prácticada para tener resultados.
De que sirve a una persona venir a la iglesia pedir a Dios con toda su confianza y cuando llegue a su casa comience a quejarse de Dios.
Es en ese momento, cuando se genera la separación de aquellas personas que confían y las que no confían. Si usted desea tener una nueva vida, debe en primer lugar aprender que creer y confiar no es lo mismo, y que para poder ser acreedor de ella es necesario comprender la diferencia.”
Con estas palabras el pastor compartió con los asistentes otro consejo de cómo poder permanecer firme, no en la religión, sino en la fe. Cada domingo la manifestación del poder Dios se hace presente y los testimonios fueron cada vez más maravillosos, personas curadas de cáncer, tumores, migrañas, inflamaciones, dolores, etc.
Al finalizar la reunión se realizó una oración especial por las familias, y se entregó no solamente las vidas de los que ahí se encontraban sino también de aquellos que tenían a sus familiares en sus hogares, a Dios.