“Porque os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.” Hebreos 10:36-37
En el versículo anterior, vemos que la paciencia es una virtud muy importante para que sea posible conquistar las bendiciones de Dios.
«Esa paciencia es divina. Es la que el Espíritu Santo produce. Ella es alimentada por la promesa. Cuando ella actúa, usted es perseverante no por su personalidad, sino porque usted quiere hacer la voluntad de Dios y está seguro de la promesa. Usted no sabe cuándo, pero usted está seguro. Y por eso usted aguarda la promesa «, explica el Obispo Renato Cardoso sobre el tema.
Pero no es fácil mantener esa confianza en los logros de Dios. Muchos hasta se presentan a Él, se entregan completamente en el Altar durante la Hoguera Santa, se dedican al máximo al Altísimo, pero desisten en el camino.
Tal vez, usted sea ese tipo de persona, que quiere orar ahora, abrir los ojos y ver la respuesta en sus manos. Pero, por lo general, no es así que funciona. Cuando usted sabe que está en el camino correcto, aunque el infierno se levante, usted sigue adelante y vence. Usted usa la paciencia que viene de Dios para perseverar y seguir trabajando en favor de su vida.
«Hay un período entre el Altar y el testimonio, entre el día de su entrega y su testimonio. El cambio interno puede ser rápido, pero la de fuera puede tomar un tiempo. Por eso, usted no debe estar ansioso, hablando: ‘Dios no me oyó, no sucedió’. Hay la fe que da un ‘start’, que da un impulso, y la fe de la confianza. Usted tuvo fe para subir al Altar, pero usted tendrá un período de vuelo. «Usted va a tener que mantener la confianza, creyendo aun cuando nada esté sucediendo«, orientó el Obispo.
Por eso, manténgase firme en esa fe de los ojos espirituales, que logra ver su vida ya transformada.
Todos los miércoles, ocurre un encuentro llamado Noche de la Salvación, en que usted puede aprender sobre la Palabra de Dios. Participe en la Av. de Las Amércias 305 o en una Iglesia Universal más cercana a su hogar.