Ser sorprendida con aquel beso como en las películas de Hollywood, despertar con un café por la mañana en la cama con derecho a un buqué de flores y chocolates… La idea de romanticismo que se apodera de la imaginación de las mujeres parece tener una lista. Pero las escenas, que generalmente asistimos en los largometrajes no coinciden con lo que pasa en la vida real.
“El romanticismo comenzó en las últimas décadas del siglo 18 en Europa y se extendió hasta el siglo 19. Vino en contraposición al siglo anterior, que promovió la razón. Y fue así que el mundo volvió a ser esclavo del corazón”, dice Cristiane Cardoso.
Consideración Cristiane y Renato abordaron, en una reciente palestra de la “Terapia del Amor”, las “tres cosas que toda esposa le gustaría que el marido entendiese”, basados en una pesquisa que ellos promovieron con millares de parejas. Los entrevistados citaron que sería bueno que el compañero “fuese más abierto”, “de más atención” y “Ayude cuando están sobrecargadas.” En la oportunidad, Cristiane mencionó que “esa consideración, para las mujeres, es más romántica que recibir chocolates y flores”.
¡Más amor, por favor! La falta de romanticismo no significa menos amor en la relación. Son muchos los factores que definen el amor y hacen a la mujer sentirse amada, como el compañerismo, la entrega, la confianza, la fidelidad, el carácter, son principios solidos y recíprocos.
“El amor verdadero es justamente aquello que no conseguimos ver y, sin embargo, sustenta una vida entera”, concluye Cristiane.
Llegué a la conclución de no tener ninguna relación seria…
Como toda mujer anhelaba un hombre perfecto, pero a causa de una decepsión me volví fría.
Cuando iniciaba alguna relación sólo quería pasar el tiempo para no sufrir después. Así tuve varias relaciones que no funcionaron y decidí volverme una “mujer independiente”.
Acepté participar en la terapia del amor, al comienzo estaba con recelo, pero poco a poco fui sanando mis heridas y olvidando mi pasado, dejé los prejuicios y vencí los miedos.
En esta reunión determiné que no aceptaba seguir viviendo la humillación de ver el tiempo pasar y no encontrar a la persona que me completaría. Así conocí a Carlos, empezamos a enamorar, nos comprometimos y nos casamos. Hoy sabemos lo que es la verdadera felicidad.