En los días de hoy con las redes sociales y las informaciones, que nos bombardean las 24 horas del día, queda difícil dedicar un tiempo específico para Dios. La comunión con Él ha quedado en segundo lugar, aquello ha distanciado a las personas del Creador
Consciente de esta falta de comunión, la Iglesia Universal promueve, desde marzo del 2011, el Ayuno de Daniel. Propósito que está inspirado en el libro del profeta Daniel y tiene como objetivo priorizar la comunión con Dios, separando 21 días consecutivos para dejar las informaciones seculares, como: páginas web, sitios de noticias, revistas, televisión, radios entre otros. Como lo hizo Daniel al quedarse 21 días en ayuno de aquello que lo alejaba de Dios. Delante de esa actitud, el profeta consiguió obtener lo que necesitaba en sus oraciones.
Las Escrituras Sagradas relatan el momento en que el ángel de Señor se le aparece “Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.” (Daniel 10:12)
Los frutos: Este propósito trae innumerables beneficios espirituales para quien lo practica. Además la persona tiene más tiempo para dedicarlo a Dios y así ella todavía podrá gozar de las promesas de Él.
El ayuno de Daniel también ayuda a desenvolver los frutos del Espíritu Santo. “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. ” (Gálatas 5:22-24)
Cuando la persona no posee esos frutos es imposible vencer las dificultades terrenales.
Los tres primeros frutos son amor, alegría y paz, los mismo que revelan qué la Santísima Trinidad dentro de nosotros es, la esencia de Dios. El amor representa a Dios padre; la alegría representa al Hijo Jesús; y la paz el Espíritu Santo. La persona que posee estos frutos, consigue permanecer en la presencia de Dios.
Antes de recibir el Espíritu Santo tenía ganas de quitarme la vida
Cargaba muchos problemas en varias áreas de mi vida, llegué al punto de comenzar a sentirme vacía en mi interior y para llenarlo me sumergí en el alcohol, tanto que perdí el control de mí misma, también empecé a sufrir con depresión y a causa de los problemas que tenía en mi hogar, intenté quitarme la vida por 3 ocasiones.
Después de algunos meses llegué a la iglesia Universal, donde aprendí a usar mi fe y fui poco a poco resolviendo los problemas que tenía, hasta que llegó un propósito de fe para recibir el Espíritu Santo. Empecé a ayunar, orar y estuve en comunión con Dios y recibí el bien mayor Su Espíritu quien habita dentro de mi y el vació desapareció por completo. Sra. Carmen – IURD Paute