Durante una reunión que tuvo lugar en el Templo de Salomón, el Obispo Renato Cardoso habló sobre un episodio que sucedió con David y sus hombres, el cual nos sirve de lección.
La Biblia relata que hubo un período en que David y su ejército se pusieron al servicio de los filisteos. Ellos dejaron a los familiares en la ciudad de Ziclague, donde vivían, y fueron a ayudar a los filisteos a combatir a los enemigos. (Lea 1 Samuel 30: 1-6)
Diariamente, David salía a una batalla y siempre volvía victorioso. Aparentemente todo estaba corriendo bien, después de todo, él estaba venciendo. Pero él cometió un error grave: «El error de David fue haber dejado su base, su ciudad descubierta, desprotegida», destacó el Obispo Renato.
Debido a las muchas victorias, David pasó a coleccionar enemigos, siendo así, él debería haber imaginado que sería blanco de un contraataque y haberse prevenido.
Pero David se relajó y, cuando menos esperaba, vinieron los Amalecitas, invadieron la ciudad, quemaron todo y secuestraron a sus mujeres y niños.
Él estaba tan enfocado en derrotar a los enemigos, que dejó su base vulnerable.
Al encontrarse con la ciudad destruida, y percibiendo que sus mujeres e hijos habían sido llevados, David y sus hombres se angustiaron y lloraron amargamente.
¿Qué lección sacamos de eso?
De acuerdo con el obispo Renato, muchos han cometido el mismo error de David: «El error de involucrarse tanto en la conquista de los objetivos, de entregarse tanto para lo que está delante de nosotros, que nos olvidamos de las cosas más importantes, que son nuestra base, nuestra retaguardia «.
Tal vez sea su caso. Usted ha puesto tanta fuerza para conquistar sus objetivos que está dejando atrás el mantenimiento de su fe, está olvidando de fortalecer justamente lo que le da el soporte necesario para continuar avanzando.
«Usted está tan consumido por los problemas que está abandonando su vida con Dios», advierte el Obispo. «Usted no ora más, no busca más a Dios, no va más a la iglesia, entonces, cuando surgen los problemas, usted no tiene estructura espiritual para vencerlos y acaba teniendo una reacción totalmente contraria a la fe, dando un pésimo testimonio».
El Obispo cita el ejemplo de la persona que realiza el sueño de casarse, pero abandona la fe, porque el marido o la esposa no quiere saber de Jesús. Es decir, realizó el sueño de casarse a costa de la propia Salvación.
«¿Será que este éxito temporal no ha sido una trampa para que usted abandone su retaguardia, abandone su fe, su base? «, Pregunta el Obispo, orientando que las personas procuren fortalecer su base.
Entonces, no dejes de participar este miércoles de la «Escuela de la Fe». En el Templo de la Fe, ubicado en la Av. de Las Américas 305, al Norte de Guayaquil, la reunión se realiza especialmente a las 19H, pero también puede participar a las 7H, 10H, 15H. O si lo prefiere, acérquese en la Iglesia Universal más cercana a su casa. Consulte aquí las direcciones.