El primer paso para eliminar el orgullo es reconocer donde él ha actuado en usted. Si usted hizo la TCO 9, entonces el primer paso ya fue dado. Ahora es el turno de dar el segundo paso, que normalmente es donde el orgulloso no le permite llegar… por eso su orgullo no es eliminado de golpe.
El orgullo solo sale con la humildad, así como la oscuridad solo se dispersa con la luz. Pero la humildad no es lo que la mayoría piensa que es… ser pobre, vivir una vida simple, o ser buenita con las personas a tu alrededor. La humildad acontece en tu interior, así como el orgullo.
Es fácil ser “humilde” en el exterior, ¡basta con fingir! Pero la verdadera humildad viene de adentro, en lo más íntimo de la persona, y desborda al exterior a través de comportamientos admirables.
El mayor ejemplo de humildad fue el Señor Jesús…
- Él no tenía preconceptos. Andaba con todos, no se hacía mejor o superior a nadie (aunque lo fuese), aunque sufría el prejuicio de muchos.
- Él era paciente y comprensivo con la personas. Entendía porque ellas hacía lo que hacían, no las juzgaban por eso, por lo contrario, ellas se sentían cómodas con Él.
- Él no imponía la autoridad de Hijo de Dios a nadie, y aun así, las personas lo reconocían por la vida que tenía.
- Él enseñaba. Quien enseña es humilde. Muchos no enseñan y quieren que las personas aprendan, sepan, entiendan.
- Él mantenía Su dependencia espiritual. Oraba no solo antes del almuerzo o cuando las cosas estaban mal para su lado, Él oraba todos los días. Dependía de Dios.
- El mantenía amistades. El Señor Jesús hizo de todo para tener amigos, para andar con la gente, él no se aislaba de ellas por no tener el mismo entendimiento que Él o por creerse mucho más inteligente que ellas.
- Él hizo de todo para enseñarle a sus discípulos a hacer lo mismo ¡y más que Él!
- Él, siendo Dios, vino al mundo como hombre y se sometió a una mujer, a quien llamaba mamá, a un cuerpo, a vivir como un carpintero… sin privilegios. Se hizo un hombre común.
Por eso Dios Lo honró. Observa que esta lista (que podría continuar) muestra la humildad de espíritu del Señor Jesús. No es algo que se forja, es algo que se es.
“El temor del Señor es instrucción de sabiduría, y antes de la gloria está la humildad” Proverbios 15.33
Nadie es honrado por Dios sin ser humilde primero, además, esa es la condición principal de la honra de Él. En cambio, los orgullosos, más allá de no ser honrados, tienen el rechazo de Dios.
“Estad todos sujetos unos a los otros y revestíos de humildad, porque Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes”.
Sin embargo, con Dios no es así… Con Él aprendemos justamente lo contrario:
- Orar por nuestros enemigos.
- Perdonar setenta veces siete.
- Dar la otra mejilla, andar una milla más.
- Los últimos serán los primeros.
- El menor es el mayor.
- Bienaventurados los que sufren injusticias, los que lloran, los mansos, los misericordiosos, los pacificadores, los perseguidos.
- Tener buenos ojos.
- Cuánto menos capacidad, más capacidad.
- No tener nada es tener todo.
- Vivir como el viento, sin saber a dónde va.
- No cansarse de hacer el bien.
Cuando practicamos la Palabra de Dios, vamos en contra de nuestra naturaleza y es así que comienza la humildad, con la práctica de la Palabra de Dios. ¡Con o sin voluntad, practique!
Para la Tarea como Ofrenda 10, vuelva a la lista que usted hizo sobre los comportamientos orgullosos que las personas que te conocen dijeron que usted tenía y haga exactamente lo contrario. Use una nueva hoja de su diario para escribir lo que usted va a hacer contra su orgullo… ¿sería pedir ayudar? ¿Sería pedir perdón? ¿Sería volver a hablar con aquella persona? ¿Sería pedir la opinión de quien sabe más que usted? ¿Sería dejar de defender aquello que usted cree sin fundamento?
Después de hacer esa tarea, comparta con su amiga como hermana lo que usted hará con respecto a la humildad a partir de hoy para eliminar el orgullo que ha cargado dentro de usted.
En la fe y en el Escondrijo del Altísimo.