Por haber crecido en la Iglesia, y no vivir en “pecado”, me creía una joven de Dios, pero dentro de mí, habían muchas dudas, miedos, deseos que iban contra mi fe y la sensación que tenía era que en cualquier momento, todo aquello iba a explotar de dentro hacia afuera y yo dejaría de ser quién yo pensaba ser.
Nadie sabía lo que estaba pasando dentro de mí, sólo Dios y Él sólo pudo revelarse a mí, porque un día yo decidí ser sincera con Él, conmigo misma y con todos lo que me rodeaban.
La tarea como ofrenda de hoy es que usted sea sincera sobre su verdadera condición espiritual.
Si usted es una persona nacida de Dios, usted tiene amor por las almas y Dios está por encima de todo en este mundo. Su fe no depende de las circunstancias, no depende de nadie. Las personas pueden caer a su lado, pero usted continúa mirando para su Redentor, firme y fuerte, cuidando de su propia salvación. Ahora si usted no lo es…
Entonces usted es cómo yo era… todo lo que acabé de describir es sólo una teoría para usted. Por más que se esfuerce por hacer todo lo que sabe que tiene que hacer para agradar a Dios, es cómo si estuviera intentando ser quién no es… acaba desistiendo, desanimando, comienza y no termina…
“Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.” (1 Juan 5.4)
Su condición espiritual no puede estar basada en momentos buenos, en los que sintió la presencia de Dios, o cuando habló de Jesús para alguien, pues esta condición debe estar basada en su interior… quién usted ha sido delante de Dios dentro de su corazón, en un lugar tan íntimo que nadie puede acceder, sólo Dios. Él sabe quién usted ha sido pero ¿y usted? Él ve quién usted es cuando no hay nadie cerca, pero, ¿y usted? Él sabe lo que piensa, lo que más quiere, lo que finge no querer, y su preocupación sobre lo que pueden hablar sobre usted….
Si Dios ya lo sabe, ¿hasta cuando va a engañarse a si misma? ¿Hasta cuando usted va a fingir ser alguien que en realidad en su interior no es?
Este miércoles, sea sincera con Dios y usted misma. Si realmente Lo conoce, usted va a ser avivada. Si nunca Lo conoció de verdad, usted Lo conocerá. ¿Usted cree en ello?
Vístase con su mejor ropa, llegue pronto a la reunión, siéntese lo más cerca posible del Altar y permanezca en espíritu de oración. ¡Su necesidad espiritual será suplida!
Use su Agenda para escribir una carta a Dios sobre quien usted ha sido delante de Él.
Esta tarea como ofrenda será hecha sin su amiga como hermana, pues es estrictamente personal.
En la fe y en el Escondrijo del Altísimo.