El mes de diciembre generalmente genera ansiedad en muchas personas. Esto se debe a que el fin de año está marcado por presiones sociales. ¿Quién no se sintió obligado a comprar regalos de Navidad sólo porque los demás lo hacían? En esta época nos vemos obligados a comprar más, preparar platos típicos, asistir a fiestas, conocer amigos lejanos, usar ropa nueva y viajar.
Es casi imposible escapar de los atractivos del comercio, que adorna las calles y centros comerciales de rojo, dorado y verde, para alertar a todos sobre el «clima navideño». La sensación es que el mundo terminará. Debido a esto, muchas personas se sienten obligadas a hacer todo lo que no han hecho durante todo el año en un mes.
¿A quién agradar? La psicoterapeuta Pollyanna explica que la necesidad de aceptación puede llevar a muchas personas a ceder ante las presiones de fin de año, incluso cuando no quieren seguir los rituales típicos de la época. “Los seres humanos sienten la necesidad de complacer a los demás y de ser aceptados por el grupo«, dice.
El vacio En muchos casos la búsqueda de compras, viajes y eventos sociales, puede ser un intento de enmascarar la tristeza y sensación de vacío. ¿Pero es la felicidad en bienes materiales o fiestas? “Algunas personas no sienten lo suficiente y dan regalos o hacen ciertas cosas para hacerse notar. Con eso intentan sentirse mejor, pero a menudo hay una tristeza no revelada ”, dice Pollyanna..
La ilusión El fin de año también suele generar ilusiones. Las vacaciones y las luces navideñas ayudan a muchas personas a enmascarar sus dificultades. Por un momento llegan a creer que lograron escapar de las molestias, tremendo engaño. El problema con la ilusión es que es sólo una promesa, una mentira que pronto se rompe. Esto significa que después de la euforia todo está como estaba antes: las mismas ansiedades y el mismo vacío.
Felicidad duradera La búsqueda de soluciones fáciles es el camino más corto a la decepción. Si quieres lograr una felicidad duradera debes aprender que la felicidad no se compra. Es decir no está en paseos, ropa, perfumes, restaurantes, fiestas o cuentas bancarias.
En lugar de la inmediatez de las resoluciones de fin de año, necesitamos construir una base sólida para que se logre una felicidad genuina. ¿Como hacer eso? Es importante buscar la felicidad duradera en Dios. Para alcanzar la felicidad, primero es necesario tomar posesión de la vida. Los muertos no tienen derecho a la felicidad. Mientras la persona esté espiritualmente muerta ¿cómo alcanzará la felicidad? Imposible, primero ella necesita ser resucitada y para eso ella tiene que buscar al Autor de la vida.
La fe inteligente nos conduce al camino de la felicidad que está relacionada con las actitudes cotidianas del creyente, creer en el sentido de entregarse por completo de cuerpo, alma y espíritu. De la rendición incondicional la persona recibe la vida, entonces tendrá derecho a la felicidad tan soñada. Quien es lo suficientemente humilde como para someterse y temerle, tendrá la riqueza, el honor y la vida.
Para comenzar bien el 2020 es fundamental finalizar el 2019 con la fe fortalecida. La vigilia de fin de año, que será el 31 de diciembre en la Iglesia Universal, es el momento para dar inicio a los cambios que estabas buscando.