Así como en el caso de una mujer embarazada, ella usa la fe para ser madre, imagina como será su hijo y tiene el coraje de sacrificarse, a si misma, y enfrentar los dolores de parto para conquistar lo que desea, así debe ser las actitudes de aquellos que quieren tener el poder y la sabiduría de Dios.
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos.
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.” 1 Corintios 1:18-21.
La palabra de Dios es locura para los que no creen, porque donde no hay fe no hay entendimiento de las Escrituras Sagradas, cuando no se cree, la persona puede pasar todo el día leyendo la Biblia y no entenderá nada más hayá de lo que dice superficialmente, al final terminará cansÁndose de leer, continuará con su incredulidad y lo peor, terminará criticando las actitudes de aquellos que si creen, porque a sus ojos serán una locura.
La fe es dada por Dios, todos la tienen, tal vez no la usan como debe ser, pero cuando es usada como es correcto acontecen cosas sorprendentes, como fue el caso de Jacob, él tuvo fe para conseguir la bendición del primogénito, imaginación para construir la familia y patrimonio que deseaba, pero le faltaba depender de Dios.
Sólo cuando Jacob se cansó de engañar y ser engañado, él tuvo el coraje de quedarse a solas con Dios y pelear por la paz que quería, dejó de hacer su voluntad y pasó a realizar la voluntad de Dios, sólo así fue quebrantado por Él y consiguió cambiar su historia.
Una oración puede sanar y liberar, pero el verdadero cambio, que es el interior, sólo Dios lo puede dar.
Donde no hay fe, no hay un entendimiento de aquello que fue prometido en las Sagradas Escrituras, consecuentemente tampoco habrá los resultados que se esperan de dichas promesas
Dios quiere y puede sanar sus heridas, fortalecerlo y juntos escribir una nueva historia. Visítenos este domingo para juntos luchar contra el mal que le ha robado la oportunidad de ser feliz. Dando clic usted va a encontrar la iglesia Universal más cercana.