Es el trastorno de sueño más frecuente en la población general. Consiste en una reducción de la capacidad para dormir, pudiendo manifestarse de diversos modos que dan lugar a diferentes tipos de insomnio:
Insomnio de inicio: problemas para iniciar el sueño en menos de 30 minutos.
Insomnio de mantenimiento: Problemas para mantener el sueño, produciéndose despertares nocturnos de más de 30 minutos de duración, o despertando definitivamente de manera precoz consiguiendo un tiempo total de sueño escaso.
La falta de sueño puede afectar de modo negativo la vida de la persona que lo sufre, provocando deterioro social, ocupacional o de otras áreas importantes.
El número de horas de sueño necesarias varía de unas personas a otras. Aunque la media diaria es de 7 horas y media, existe un rango que oscila entre 4 (“poco dormidores”) a 10 horas (“grandes dormidores”), considerándose estos valores dentro de la normalidad.
El insomnio es considerado una enfermedad, pero detrás de esta “enfermedad actúa un mal espiritual, que poco a poco va acabando con la vida de la persona, volviéndola inestable, de mal carácter, nerviosa y robando sus fuerzas físicas.
Si usted sufre de este mal o tiene un familiar con este problema, le invitamos a participar de una reunión especial, donde por la fe usted será completamente libre del mal que le aqueja.
Era una joven depresiva e insegura
A causa de todos los problemas que habían en mi hogar, me volví una joven insegura y depresiva, todas estas preocupaciones me llevaron a sufrir de insomnio, por más que intentaba conciliar el sueño, no podía.
Cada vez que veía a mis padres discutir me estresaba y esto afectaba mi salud, con el transcurso de los días me volví más nerviosa. Lloraba durante toda la noche, no quería seguir viviendo; era infeliz con todo lo que me rodeaba y para emporar las cosas veía sombras a mi alrededor.
Pero todo cambió después de que empecé a participar en la Iglesia Universal, lo primero fue dejar de sentir esa intranquilidad y nerviosismo que me invadía, ahora soy una joven feliz, las discusiones de mis padres desaparecieron y por fin hay paz en mi hogar. Srta. Patricia Galando
Intenté acabar con mi vida
A los 4 años de edad empecé a sufrir de insomnio, pasaba noches enteras dando vueltas por mi cuarto, intentando dormir, no salí de mi curato porque tenía miedo a causa de los bultos que veía, luego que mi papá muriera mi mamá decidió abandonarme; en medio de mi angustia tomé veneno para acabar con mi vida, pero no resultó y continué sufriendo, me hice de compromiso y mi pareja sólo me infligía maltrato y humillación, para empeorar las cosas tenía una hemorragia que no paraba con nada.
Fue así como llegué a la Iglesia Universal, un día domingo, la respuesta de Dios vino de forma inmediata; el flujo de sangre se detuvo. Hoy estoy curada y no sólo mi vida es bendecida, sino también la de mis seres amados. Srta. Erika Kari
Este viernes, se va a realizar una reunión para acabar con todos los problemas espirituales que lo agobian, a las 7H, 10H, 15H y 19H. En la Iglesia Universal más cercana a su hogar.