Hemos sido creados para expresarnos y crear – a eso llamamos arte, y fue Dios quien colocó esa capacidad en el hombre. Artes escénicas, artes plásticas, música, literatura, cine, danza, moda…
A veces el arte es temida e ignorada por ser asociada solamente a la futilidad, a lo que es artificial y engañador. Desafortunadamente, es común ver algo feo y de pésima calidad siendo anunciado como excelente.
Pero el significado de la palabra artista es amplio, y va más allá de los segmentos clasificados.
Por ejemplo, veo a Dios como el Artista Magistral, poseedor de todos los talentos y de una creatividad sin igual. Usted no tiene que ir a un museo para contemplar obras de arte, basta con mirar por la ventana y ver el preludio, el crepúsculo, la lluvia, la nieve, las estaciones del año, la vegetación, los seres vivos, el firmamento y todos los astros celeste.
Un Dios experto en el arte de relacionarse. Él sabe manejar a diferentes personas, incluso a las más difíciles. Tiene la mayor de todas las habilidades, que es conquistar corazones, como un día Él conquistó el nuestro.
Un Dios que dejó Sus pensamientos escritos, la Biblia, como una hermosa carta para nosotros, conteniendo varios géneros de literatura.
Un Dios que creó todo por medio de Su Palabra, y sólo cuando deseó hacer una obra parecida Consigo mismo colocó las manos en la masa, digo, en el barro y moldeó al hombre. Somos su Obra de arte más valiosa, por eso destinados a la Salvación. ¿Qué artista desea perder su obra maestra?
En el pasado, dos artistas tuvieron gran contribución en la construcción del Tabernáculo: Bezaleel, habilidoso para trabajar con metales, piedras y maderas, y su compañero Aholiab, un especialista en tejidos. Juntos hicieron el pedido de Dios transformarse en realidad (Éx 38).
El rey David también se manifestó artísticamente. Era músico y compositor. Alababa con su arpa simple y llevó a muchos otros a adorar con la música. Al transportar el Arca de la Alianza, estaba tan feliz que bailaba y cantaba en medio del pueblo. Los Salmos, inspirados por Dios y oriundos de su íntima comunión con Él, son verdaderas poesías.
El hombre nació para expresarse, y el mundo tiene sed de arte. Las empresas de entretenimiento han descubierto esto, y hoy tenemos una avalancha de ofertas. Pero cada uno recomienda, hace o es devoto de lo que le gusta.
Desgraciadamente, hoy la música y el cine son los que más distancia a la gente de Dios.
Hollywood dicta reglas e impone comportamientos a causa de sus guionistas, directores y actores. ¿Y dónde están hombres y mujeres comprometidos con Dios, con talentos para hacer mucho más y mejor? Necesitamos ampliar la visión y salir de la acomodación para ejercer la influencia que salva.
Aprovechamos mal nuestros dones; podemos evangelizar, estimulando el pensamiento de forma creativa que despierta la atención, como por ejemplo C.S. Lewis, conocido escritor cristiano, que contribuyó al escribir el libro “Las Crónicas de Narnia”, sin cuño religioso, pero con un mensaje valioso. Su libro fue transformado en una película de éxito. Nuestros niños y adolescentes carecen de una buena literatura, bien ilustrada, que transmita mensajes que les ayude a hacer buenas elecciones.
¿Vio cómo las novelas bíblicas han alcanzado tantas personas? Tenemos en la Biblia y en la Iglesia historias lindas, listas para ser transformadas en libros, música, películas, espectáculos y pantallas. Pero, ¿dónde están nuestros talentos? Aislados y escondidos detrás de tanta religiosidad que el mundo ni siquiera los ve.
¿Cuántas personas talentosas como Bezaleel, Lewis, Rembrandt, Mozart, Steve Jobs … tenemos en la Iglesia y no nos damos cuenta?
Cuando una persona es de Dios, todo lo que hace tiene el brillo Divino, aunque sea secular. Todo se vuelve 100% espiritual.
Imagínese cómo la sociedad podría ser diferente si, al abrir una revista de moda, encontrásemos una ropa decente. Al ir al cine no necesitáremos tener vergüenza de una escena.
Asuma el compromiso de ser excelente en lo que hace para Dios.
Si cocina, sea una artista de la culinaria; si trabaja haciendo la manicura, haga su obra de arte en las uñas de sus clientes; si es una recepcionista, sea la más gentil… en fin, sea un artista en lo que usted se propone hacer.
Pero, una alerta: no piense en exhibirse con el talento que tiene, como un cuadro en la galería de arte. Todo honor y gloria debe ir directamente al Altísimo.
No podemos separar el arte de la vida, después de todo, como dicen: ¡vivir es un arte!
Perdone por el largo texto, y felicitaciones por llegar hasta aquí, jeje. Y, ¿que tal si usted escribe un poquito también? J