A través de nuestra fe, podemos obtener la solución para todos los problemas. Es por ello que, nunca podemos desistir de luchar y perseverar, unidos en la misma fe, pues Dios, honra a todos aquellos que Lo buscan en Espíritu y en Verdad.
Cuando colocamos nuestra vida en las manos de Dios nos convertimos en personas fuertes e inquebrantables, cuando colocamos nuestra fe, única y exclusivamente en el Señor Jesús, todo lo que Le pedimos se convierte en realidad.
El Evangelio de Marcos, nos relata la cura de una mujer que sufría con hemorragia a por 12 años. “Porque decía: “Si tan sólo toco Sus ropas, sanaré.” (Marcos 5:27-28)
Aun delante de las dificultades, aquella mujer no desistió, consiguió alcanzar su objetivo, la cura de su enfermedad. Jesús al sentirse tocado, preguntó que quién Le había tocado. La mujer temerosa respondió y Él le dijo:
“Vete en paz y queda sana de tu aflicción.” (Marcos 5:34)
Si está pasando por alguna situación difícil en su vida, sobre todo en su salud, sepa que aún hay solución para su enfermedad y sólo depende de usted.
Cuando hace uso de su fe inteligente, Él obra un milagro en su vida.
Él dice: “Vengan a Mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo los haré descansar.” (Mateo 11:28)