“Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe.” (Hebreos 12:2)
Jesús es el autor y consumador de la fe, pues la fe, es el único canal de comunicación entre nosotros y Dios.
Cuando creemos en Jesús y le obedecemos, el resultado es el milagro y sobre todo el recibimiento del Espíritu Santo, que es el Espíritu de la fe.
La fe como la de Abraham, es el tipo de fe que agrada a Dios, ya que es una fe con obediencia, que nos da una calidad de vida diferente.
Vemos muchas personas que dicen creer, pero sus vidas demuestran lo contrario, pues viven dominadas por sus problemas.
El amor hacia Dios no puede ser solamente expresado con palabras, pero sobre todo con actitudes de entrega a Dios. Amor es fidelidad y no tiene nada que ver con sentimientos.
La fe y el amor están conectados con la inteligencia, pues vienen de lo alto.
Vivimos en un mundo lleno de problemas y dificultades, pero Dios no es injusto; por eso Él nos dió la fe, pues de antemano sabía las dificultades que íbamos a enfrentar.
La fe es algo individual y es el arma que Dios nos dejó para vencer; pero cabe a cada uno accionar esta fe en la palabra de Dios, para conquistar lo que se desea.
El mayor interesado en cambiar su vida es Dios, ya que así, Él podrá ser glorificado a través de su vida, pero Dios exige la entrega de su vida a Él; Así Él podrá morar en usted y desde su interior operar la tan anhelada transformación, el lugar propício para esa entrega es en el altar de Dios.
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