Miles de personas han sido curadas, liberadas y transformadas por medio de la fe.
La Biblia nos muestra diversos pasajes sobre el uso de la fe, por personas dispuestas a recibir un milagro y lograr la cura de sus enfermedades, por ejemplo: como en el libro de Marcos, capítulo 10, entre los versículos 46 y 52, donde vemos la historia del ciego de Jericó.
Mientras el Señor Jesús caminaba con sus discípulos entre la multitud, un ciego llamado Bartimeo estaba sentado a la orilla del camino. Cuando notó que Cristo estaba allí, empezó a llamarlo y, al no haber respuesta, gritaba: “Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!” (Marcos 10:47).
En ese interín, muchos mandaban que se callara, pidiéndole que no incomodara al Maestro. Pero el ciego no se intimidaba y gritaba más alto. Esa actitud de Bartimeo fue una clara demostración de fe. Al punto de que él llamó la atención del Señor Jesús y lograra su milagro inmediatamente.
TESTIMONIOS
No podía caminar con normalidad a causa del dolor
“Empecé a sentir muchos dolores en la rodilla, con el pasar de los días iba empeorando porque llegué al punto en el cual no podía caminar con normalidad, a causa de los dolores y malestares que sentía.
Intentaba de varias formas calmarlos, pero nada surtía efecto porque los dolores eran constantes.
Aún sintiéndome así no medí esfuerzos en venir a participar de la reunión de Sanidad, donde después de caminar por el pasillo de los 70 hombres y mujeres de Dios, todos los malestares cesaron por completo, gracias a Dios me siento muy bien”. (Sra. Acosta)
Los dolores que sentía en el cuerpo cesaron después de usar la fe
“Vine padeciendo varias dolencias en mi cuerpo, las cuales con el pasar de los días se iba intensificando cada vez más, poco tiempo después empecé a sentir un fuerte dolor en la parte posterior al nivel de los riñones, aquello era muy molestoso porque me impedía realizar varias actividades con normalidad.
Empecé a participar de la Reunión de Sanidad y en cada oportunidad, que caminaba por el pasillo de los 70 apóstoles, determinaba la cura para todo aquello y como determiné aconteció, los dolores cesaron por completo, gracias a Dios me siento muy bien”. (Sr. Mario)
Mi salud estaba deteriorándose, no sabía que hacer
“Mi salud estaba un poco deteriorada, los doctores me habían indicado que el colon no estaba funcionando con normalidad y a causa de ello me dijeron que tenía que someterme a una operación, pocos meses después de realizarla notaron que la situación no mejoraba.
Fue entonces que noté que sólo Dios podía realizar el milagro, empecé a participar los días martes de Sanidad, fue así que los malestares fueron cesando y gracias a Dios hoy estoy totalmente curada, no tengo ninguna secuela o malestar”. (Sra. Mirian)
La fe y la disposición para el milagro
¿Usted también cree que su sufrimiento puede tener un fin? ¿Tiene fe y disposición para que el milagro suceda en su vida? Entonces, participe los Martes en la Reunión de Sanidad, en el Templo de la Fe, en Av. de Las Américas 305, norte de Guayaquil, a las 7H, 10H, 15H y especialmente 19H.
No son pocos quienes han sido curados, y transformados por medio del poder de la fe.
¿Usted está enfrentando una enfermedad o alguien de su familia se encuentra en esa situación y quiere liberarse de ese sufrimiento?
Asista a esta reunión y verá que, por medio de su fe, el tiempo de los milagros no acabó.