“Yestando juntos, les ordenó: No salgáis de Jerusalén, sino esperad la promesa del Padre, la cual oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las ocasiones que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:4-8
El bautismo con el Espíritu Santo es realizado por el propio Señor Jesús, pero para que esto suceda, Él debe ver en el interior de cada persona cuanto ésta le valora, ya que a través de ella el ministerio de Jesús continuará aquí en la tierra.
¿Usted quiere recibir el Espíritu Santo?
Él es el todo de Dios, y lo recibe cuando le ofrece todo a Dios.
¡Es todo por todo! ¡…es toda su vida, principalmente aquello que está en su corazón, su “tesoro”!
Para agradar a Dios, debe manifestar una fe obediente; ya que sin fe, es imposible agradar a Dios.
Es en vano ofrecer algo en el altar, si no obedece la Palabra de Dios.
La fe inteligente funciona con la obediencia. No se puede separar la fe de la obediencia, así como no se puede separar el amor de la fidelidad.
Cuando Dios pide, siempre será algo que usted puede presentar.Él nunca le pedirá algo que usted no puede ofrecerle.
Quien recibe más de Dios, tendrá condiciones de dar más. Es el caso de la viuda pobre, donde los ricos que tenían más condiciones ofrecieron lo que les sobraba, pero la viuda siendo pobre dio todo lo que tenía.
Estamos en el Ayuno de Daniel y el Domingo 26 de Agosto, el Obispo Macedo estará en el Monte Hermón extendiendo las manos y determinando, que usted reciba el Espíritu Santo.
“Es como el buen óleo sobre la cabeza, El cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta el borde de sus vestiduras; Como el rocío de Hermón, Que desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía el Señor bendición, Y vida eterna.” Salmos 133:2-3
Cuando el Señor Jesús se transfiguró delante de sus discípulos en el Monte Hermón, Él estaba mostrando que tipo de transformación deseaba realizar en en la vida de cada ser humano, transformación que se vuelve posible cuando se recibe el bautismo con el Espíritu Santo, pues a partir de esto, la persona pasa a vivir en novedad.
El Espíritu Santo es el mayor tesoro que el ser humano puede llegar a tener, ¿qué estaría dispuesto a hacer para recibirlo? Esto dependerá del valor que Él tenga para usted.