Tener un corazón nuevo consiste en tener uno que esté totalmente despojado de las cosas de este mundo, libre de la malicia, odio, traumas del pasado, etc., ya que esto puede impedir la transformación que sucede cuando el Espíritu Santo viene sobre el ser humano.
Por eso el mayor deseo dentro de cada persona debería ser conocer al Señor Jesús, más que cualquier otra cosa en el mundo, pues el ser humano suele pasar por muchos problemas, en el área económica, sentimental, familiar, de salud o espiritual los cuales desea resolver, esto no está mal, pero su mayor deseo no deber ser conocer a Dios, porque es consiente que mientras no tenga un encuentro con Él, tanto interior como exteriormente continuará sufriendo.
Y esta es la razón porque muchos a pesar de haber recibido un milagro físico, espiritualmente continúan enfermas, agobiadas, vacías, interiormente continúan sufriendo.
El mayor sufrimiento que el ser humano carga dentro de sí, no es causado por el hecho de no resolver sus problemas, sino el hecho de no haber experimentado el poder de Dios transformando su interior.
Si usted manifiesta con actitudes el deseo de conocer a Dios, Él no tardará en acudir a su encuentro.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Jn. 3:16.
Cuando amamos a Dios de tal manera también nos entregamos.
Hoy en día muchos se pierden porque no han dado su vida a Dios, y mientras no lo hagan, en cualquier momento pueden extraviarse de la fe.
¿Cómo recibir una nueva vida, la eterna, si no doy la que tengo? Si no damos, no recibimos.
“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él. El que en Él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado… Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz”. Juan 3:17-19 Amigo lector, este mensaje de fe no es para condenarle sino para que se salve.