Usted tiene que entender que la transformación de vida depende más de usted que del propio Dios. Jesús transformó el agua en vino pero quien llenó las tinajas, quien cargó las tinajas fueron los siervos… Preste mucha atención a las palabras del Señor Jesús que están escritas en San Juan capítulo 10 versículo 9 dice: “Yo soy la puerta; si alguno entra por mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón sólo viene para robar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.” Tal vez usted se pregunte qué hacer, a dónde ir y no encuentre una salida a sus problemas sepa que Él es la puerta y si usted entra tendrá la vida transformada que tanto desea, Jesús es la salida para todos su problemas, Él es la solución para todo su sufrimiento solamente usted tiene que hacer su parte y se preguntará ¿cómo hacerlo?.
Nuestra parte es entrar por aquella puerta, es muy obvio que nuestra parte Él no la va hacer, cada uno decide si entra o no entra. La puerta no va a ir hacia usted es usted quien decide ir hacia ella.
El papel de la puerta es separar ambientes. Cuando usted cruza una puerta usted cambia de ambiente, por ejemplo, de la sala al comedor, de la cocina a la sala, etc.; así también es con Él cuando usted entra por la puerta usted va a cambiar de ambiente y va a poder apreciar claramente un antes y un después en su vida. Y también dijo el Señor que si alguno entra por Él será salvo, obviamente aquella puerta conduce a la salvación.
Si usted ve que su vida es un total infierno es porque usted no ha cambiado de ambiente y no ha entrado por la puerta y claramente se puede ver que quien no esta con Jesús está con el “ladrón” porque por detrás de una vida destruida hay algo malo, detrás de una injusticia está el diablo. Para entrar por esa puerta usted tiene que asumir su fe.
Usted tiene que decidir entrar por la puerta y dejar atrás sus errores cometidos, sepa que Dios no hará nada hasta que usted tome la iniciativa para cambiar su vida.
De la misma manera que Dios es la puerta a la salvación, y Él siempre la tiene abierta para todo el mundo, así mismo el mal, también la tiene abierta y muchas veces es más atractiva y más grande que la puerta del Señor.
Mientras que Jesús hablaba, alguien en la multitud de gente hizo una pregunta a Jesús. El hombre quería saber cuántas personas irían al Cielo. En vez de contestar al hombre, Jesús compartió una historia. Jesús dijo a la multitud que si una puerta es estrecha, o sea, no es muy grande, tiene que estrecharse para poder pasar por la puerta estrecha y no puede llevar ninguna carga. Jesús les dijo así que la puerta al Cielo es estrecha. Además les mencionó que muchos van a intentar entrar, pero será muy tarde. La puerta será cerrada con llave y muchos se van a quedar fuera, golpeando la puerta, pero Dios les dirá que no los conoce. (Mateo 7:13-14, 21-23)
Algunas personas piensan incorrectamente que pueden hacer lo que desean ahora y después aceptar a Jesús en su vida. Pero Jesús nos recuerda que no debemos esperar para tener una relación con Él. No sabemos cuánto tiempo tenemos, ni tampoco sabemos cuándo va a regresar el Señor Jesús.