Aunque la fe dé acceso a curas maravillosas y extraordinarias, al punto de confundir a la ciencia médica, la fe tiene una finalidad aún mayor;
Aunque la fe dé acceso a riquezas materiales, al punto de hacer que un mendigo sea más rico que su rey, esa no es la meta de la fe;
Aunque la fe dé paso a la realización de los sueños más imposibles de este mundo, no puede ser considerada tan grande como su objetivo aún mayor, por el cual fue creada.
Como Autor y Consumador de la Fe, el Señor Jesucristo no la creó como herramienta de conquista de la gloria corruptible de este mundo. Al contrario, el más extraordinario objetivo de la Fe es para la conquista del mayor y más difícil de los milagros, podríamos llamarlo el Milagro de los milagros – la salvación del alma.
El texto siguiente muestra la grandeza de la Fe como el Poder de Dios en nosotros para nuestra salvación. Debido a eso, en cada uno la fe es probada como oro en el fuego, para que, al ser aprobada, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo.
“Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero. En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a Quien amáis sin haberle visto, en Quien creyendo, aunque ahora no Lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas.” 1 Pedro 1:5-9
Si usted vive en la capital del país y quiere participar de una Concentración de Fe y Milagros para aprender más sobre la comunión con Dios, acérquese el domingo a las 7h o a las 9h30 en la Av. de La Prensa y pasaje Luz María esquina, al norte de Quito, o en la Iglesia Universal más cercana a usted.
«Sentía que mi vida no le interesaba a nadie»
» Fui liberada de la tristeza y angustia que me invadían, hoy estoy feliz y realizada » …
Ingrid llegó a la Iglesia, en su adolescencia, con muchos problemas familiares, esta situación hacía que ella sufra de depresión y envuelta en la tristeza se mutilaba los brazos, ya que pensaba que a nadie le importaba su vida. Su mamá sufría una enfermedad terminal y debido a que todo el dinero se gastaba en medicamentos, ellas prácticamente estaban en la miseria. “Participando de las reuniones mi madre fue sanada del lupus y yo fui liberada de la depresión, ya no me mutilo más, hoy soy feliz. Mi familia fue restaurada y he conquistado un buen trabajo, me siento realizada”, finaliza Ingrid.