Génesis 4: 3-5 “Y aconteció que al transcurrir el tiempo, Caín trajo al SEÑOR una ofrenda del fruto de la tierra. También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grosura de los mismos. Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero a Caín y su ofrenda no miró con agrado. Y Caín se enojó mucho y su semblante”.
Ofrenda es todo lo que hacemos para Dios. Como hemos leído en el texto bíblico Abel presentó a Dios lo mejor que él tenía, en cambio Caín se quedó triste después de haber ofrecido algo que a Dios no le agradó.
En los días actuales hay muchas personas que se sienten tristes y abatidas, pues el tiempo ha pasado y ellas no han recibido nada, ven como otros salen adelante, se sanan, prosperan y obtienen la felicidad.
Su vida es el resultado de lo que da, ofrece y coloca en el Altar, así como todo lo que hacemos para Dios.
Vea la respuesta de Dios para Caín: “Entonces el SEÑOR dijo a Caín: ¿Por qué estás enojado, y por qué se ha demudado tu semblante? Si haces bien, ¿no serás aceptado? Y si no haces bien, el pecado yace a la puerta y te codicia, pero tú debes dominarlo”. Vers. 6 – 7.
Todos los días Dios habla con usted y le orienta acerca de cómo encontrar la felicidad, Él enseña sobre perdonar, sobre tener un carácter honesto, justo y recto, pero cabe a cada uno obedecer o no, recapacitar sobre las decisiones a ser tomadas de tal manera que Dios se agrade de lo que usted es y hace para Él.
El mundo está colapsando, muchos mientras usted lee este mensaje están muriendo en manos de la violencia, accidente o en la sala de un hospital, personas que perdieron su libertad y se encuentran tras las rejas, jóvenes que están perdiendo la razón por causa de los vicios, familias siendo destruidas por la indelidad, por la falta de amor y del respeto, niñas que están perdiendo su pureza por abusos o por falta de conciencia, ¿a dónde queremos llegar con estos ejemplos reales? A que usted considere que el mundo camina hacia la destrucción y la única manera en que estemos libres de estos males es que nos volvamos para Dios y seamos sinceros en lo que damos y hacemos para Él.