Devolver las primicias es reconocer que Dios es Señor de todas las cosas. Cuando alguien devuelve sus primicias, está reconociendo que Dios es el Señor, no sólo de su vida, sino también de lo que produce.
Todo le pertenece a Dios. Cuando le damos las primicias (diez por ciento) de todo, es para dejar el noventa por ciento restante para nuestro uso, pero con Su bendición. El propósito de devolver las primicias no era consagrar la cosecha, sino “desconsagrarla”.
Pues todo le pertenece a Dios, hasta la primera porción; las primicias, fueron ofrecidas y aceptadas en lugar del cien por ciento. Solo después de hacer esto, el hombre podía usar el otro noventa por ciento para sí.
Las primicias representan al Primogénito de Dios, a Jesucristo, el Hijo del Altísimo, quien fue dado a los hombres por Dios para redimirlos para Él. Esta es la razón por la cual debemos dar las primicias.
“MI FIDELIDAD A DIOS TRANSFORMÓ MI VIDA”
Antes de llegar a la Iglesia Universal tenía muchos problemas económicos, mi esposo estaba enfermo, mi hogar se estaba destruyendo a causa de los vicios. Participando en las reuniones aprendí sobre la Fidelidad a Dios, decidí colocarlo en primer lugar devolviendo mis Primicias a Dios, ya que confiaba que si yo le era el, Él transformaría mi vida. Hoy tengo mi negocio propio, ya no paso necesidades económicas, mi vida cambió gracias a mi fidelidad a Dios.
•• Sra. Mirella