Así como David en el pasado eligió a los débiles, a los desalentados para formar su ejército de valientes, hoy también los siervos de Dios, buscan por las calles, barrios desolados de la ciudad y también por los hospitales a los débiles y cansados para llevar a estas personas la fortaleza que sólo la presencia de Dios les puede dar.
“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí… De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.”, (Mateo 25: 35-40). Llevando un mensaje de fe y apoyo espiritual, estos voluntarios conversan y oran por las personas, que muchas veces están destrozadas por el sufrimiento. El objetivo principal es ayudar tanto física como espiritualmente al que esté pasando por alguna situación difícil y también a aquellas personas que lo perdieron todo.
Los evangelizadores de la Sede Nacional, junto a los pastores Everton y Joao; se dirigieron al Hospital del Niño, ubicado en las calles Gomes Rendón entre avenida Quito y Pedro Moncayo ,al Sur de Guayaquil. Al llegar a los exteriores del Hospital fueron en búsqueda de personas que necesiten una mano amiga llevándoles una Palabra de vida e incentivándolos a luchar por su familiar que se encontraba internado.
Al inicio los voluntarios iban conversando y orientando a cada uno de los presentes, después se les procedió a dar un delicioso refrigerio para apaciguar el frío de la noche. Al finalizar el punto de fe los que habían participado, salieron totalmente diferentes de aquel lugar pues su semblante cambio por completo.