Puede ser que conozcas a alguien, o tal vez seas tú mismo, que se equivoca o tiene descuidos constantemente. Pues bien, a esta falta de concentración, también derivada del estrés y el ajetreo cotidiano, se le conoce como el síndrome de la vida ocupada, según una investigación realizada por especialistas del CPD Research, de Escocia.
«Es un desencadenante del estrés que produce daños neuronales en quienes la padecen, pues las exigencias suelen rebasar su capacidad para armonizar los retos que conllevan una buena convivencia y equilibrio emocional», explica el neurólogo José Silié Ruiz. Además, la Organización Mundial de la Salud prevé que el estrés crónico sea la segunda razón de incapacidad en el mundo.
Dicho estudio también reveló que los jóvenes son más propensos a padecer este síndrome, especialmente los que deciden emprender un negocio, puesto al dedicarse por demasiado tiempo a ello, su cerebro está expuesto a un exceso de información que suele desarrollarlo. Incluso, especialistas en neurología también explican que se puede manifestar de las siguientes maneras:
- Problemas de digestión
- Gastritis
- Diarreas
- Dolores en varias partes del cuerpo
- Cuando el organismo exige más descanso
Por otra parte, si no se trata de una enfermedad de gravedad, es importante que se tomen ciertas consideraciones para evitarla. Para ello, los propios expertos recomiendan tener espacios para descansar, mantener una buena alimentación y, sobre todo, entender que habrá días en los que el cuerpo no estará al 100% como para exigirle de más.
La OMS prevé que el estrés crónico se convertirá en la segunda razón de incapacidad en el mundo.
¡No te estreses!
- Enlista tus prioridades.
- Date lapsos para distraerte. Puedes escuchar música o realizar alguna actividad que te relaje.
- Procura no llevarte pendientes del trabajo a tu casa.
- Desconéctate un rato de tus dispositivos electrónicos.
- Haz actividad física.
- Reúnete con tu familia y amigos.