Muchas son las personas que delante de las dificultades, sienten un gran dolor, desilusión y hasta impotencia al ver sus sueños frustrados.
Luchar es el día a día que vive el ser humano, desde el momento en que es concebido, el individuo nace por haber ganado una batalla, es su naturaleza, los obstáculos son las cosas que ayudan a la persona a crecer y desarrollarse en este mundo.
Pero durante esta carrera de la vida, muchos son los que van perdiendo sus fuerzas con el transcurso de los años, las batallas se vuelven más y más difíciles de ganar cada día.
Es por eso que vemos a nuestro alrededor tanto sufrimiento, frustración y desánimo por no poder realizar los proyectos de vida que se habían planteado.
La destrucción de la familia, la falta de trabajo, el despido intempestivo, los hijos en los vicios, las enfermedades, la falta de dinero, el no tener que comer cada día, son factores que hacen que las personas vayan perdiendo sus fuerzas; entregándose así a las ideas que sugiere el mal, como por ejemplo: “ya no puedes seguir adelante”; “es hora de rendirte”; “nunca conseguirás alcanzar lo que deseas”; “no sirves para nada”; “eres un mediocre” todas estas sugerencias son las que van destruyendo su fe, fe en si mismo, pero sobre todo su fe en Dios. De esa manera, cada vez que usted quieren emprender algo, se presenta un obstáculo mayor que le impide llegar a su objetivo.
Pare de soñar y empiece a actuar Todos quieren crecer, desarrollarse, conquistar, tener una vida de éxito, una familia feliz, pero una línea muy delgada separa los entusiastas de los perseverantes.
El entusiasta es la persona que se anima con una posibilidad, se esfuerza y aferra a la idea con mucha alegría, sueña e idealiza proyectos con esa iniciativa. Pero cuando se le presentan un obstáculo empieza a perder el ánimo; hasta sigue intentándolo, pero al final termina por desistir.
Mientras que los perseverantes son aquellos que luchan hasta el fin, empiezan con entusiasmo y alegría, pero no se rinden por más que se presenten obstáculos, no importa el tiempo que tengan que luchar, ni lo que tengan que hacer o cuanto tengan que sacrificar, ellos cada día insisten y siguen la carrera por que creen que lo van a conseguir.
Las escrituras Sagradas relatan la historia de Nehemías y como él tuvo la osadía necesaria para alcanzar lo que quería.
A pesar de ver la ciudad completamente en ruinas, Nehemías nunca se dio por vencido, la fuerza que tenía, venía de Dios, de su fe y de su comunión con Él.
Cuando uno coloca su vida en las manos de Dios, sabe que nunca estará solo, por más difícil que sean las luchas siempre Dios estará ahí para sustentarlo y renovar cada día sus fuerzas. Nehemías no se dejaba influenciar por las personas que estaban a su alrededor, ni por el terrible estado en que se encontraba la ciudad.
Él influenciaba e incentivaba a los que estaban allí, su fe y confianza en Dios lo hacía ser una persona osada, decidida y perseverante.
Tal vez usted se encuentra en una situación difícil, ha luchado por ver sus proyectos realizados, los años pasan y nada se concreta.
No desista, existe una oportunidad para que usted pueda alcanzar la realización en todos sus proyectos, es sólo cuestión de darle una oportunidad a Dios, que es el dueño de todo.
Todos los domingos en la Concentración de Fe y Milagros, usted aprenderá el secreto para poder tener una vida completamente realizada.
Y si ya no tiene fuerzas para seguir luchando, Dios renovará sus fuerzas y le dará ánimo para seguir luchando y así poder conquistar todos los proyectos que se ha planteado en su vida.
Cuando uno coloca su vida en las manos de Dios, sabe que nunca estará solo, que por más difícil que sean las luchas siempre Dios estará ahí para
sustentarlo y renovar cada día sus fuerzas.