Son las 10 de la noche, tuvo un día extenuante; se ducha, come algo suave, mira un poco de televisión, pero como está tan cansado decide ir a dormir, recuesta su cabeza en la almohada, cierra los ojos, pero no logra dormir, trata de relajarse y llamar al sueño, pero no lo consigue, por las próximas 6 horas es lo mismo, cambia de postura, da vueltas de un lado al otro en la cama y aún así nada pasa. El sol se asoma por la ventana, da la bienvenida a un nuevo día y el cansancio del día anterior persiste, de hecho la fatiga es mucho peor ahora, la escena se repite día tras día y cuando se percata ya no recuerda cuándo fue la última vez que pudo dormir.
Son muchos los factores que pueden robarle el sueño a una persona durante la noche. Entre ellos están las preocupaciones del día a día, enfermedades, problemas personales, cuestiones emocionales y perturbaciones de orden espiritual.
Es decir los factores pueden ser múltiples, pero esto no cambia el hecho de que el insomnio es un problema que aqueja a la población en general, en especial cuando se desconoce la causa que lo produce.
Como un trastorno que impide que la persona pueda conciliar el sueño. El insomnio es considerado un problema de salud global que no discrimina. En nuestro país la situación no es distinta, sino que, llamativamente, distintos sondeos indican que este trastorno, tiene un alcance aproximado del 40%.
No dormir bien modifica los hábitos de una persona, más aún, cuando los pacientes no encuentran una respuesta en la medicina. De este modo, el consumo de psicofármacos, ansiolíticos e hipnóticos aumenta. La desesperación que produce no poder dormir, lleva a los afectados a refugiarse en la dependencia a los psicofármacos.
Cuando una persona no tiene paz interior, su cuerpo muestra los síntomas, es por eso que el obispo Edir Macedo relata en su blog, que el insomnio, así como el miedo, la depresión y la inseguridad son síntomas de que la persona necesita ayuda y que mejor ayuda que la Divina: “… sea cual sea el problema que esté enfrentado o el tormento por el cual esté pasando, la persona debe luchar para debilitar la influencia del mal sobre sí misma y despertar su fe. Dios nos dejó lo necesario para estimular y despertar la fe”.
El insomnio afectó varias ÁREAS DE MI VIDA
“Sufría de insomnio y cuando lograba quedarme dormida, me despertaba asustada a causa de las pesadillas; durante el día sentía pesadez, debilidad en el cuerpo y como si alguien me siguiera. Mi salud también estaba deteriorada, me daban fuertes dolores en el estómago y vómitos sin causa aparente”.
En busca de socorro fue a brujos y Centro espiritistas, pero las cosas sólo empeoraron.
“Mi economía se fue a pique, no conseguía establecerme en ningún trabajo y en mi hogar sólo pasábamos discutiendo, llegué al punto de querer acabar con mi vida, para dejar así de sufrir”
Una amiga al ver lo mal que estaba la invitó a la Iglesia Universal, después de aprender sobre la fe y cómo actuar, su vida cambió.
“Primero fui libre del insomnio, dejé de tener pesadillas y ya no siento ninguna presencia extraña. Fui curada de los dolores en el estomago y la relación con mi familia fue restaurada por completo, hoy somos felices”. María Yaselga
Si usted sufre de insomnio, ansiedad, angustia, no logra encontrar paz en su interior; ha buscado ayuda en diferentes sitios, pero no la ha encontrado en ningún lugar, entonces participe este viernes a las 7h, 10h, 15h y especialmente 19h en Templo de la Fe, ubicado en la Av. de Las Américas 305, al norte de Guayaquil o en la Iglesia Universa más cercana a su hogar. Aquí podrá encontrar las direcciones.