«Desde el ascenso del Señor Jesús a los cielos, el Espíritu Santo, que es el Consolador, está en el mundo, disponible para llenar la vida de cada persona que acepta al hijo de Dios como su único Salvador», afirmó el obispo Edir Macedo.
Con mucho énfasis en sus palabras, el obispo habló a todos los que desean ser llenos de la presencia de Dios, el Espíritu Santo no vive al lado o sobre las personas, sino dentro de cada una de ellas.
Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. Juan 14:16-17
La misión del Hijo de Dios aquí en la Tierra se finalizó a los 33 años, cuando finalmente fue llevado al Padre, pero en su lugar está el Espíritu Santo, que no se ausenta nunca, y está con aquellos que sirven al Altísimo 24 horas por día.
«Las personas que reciban el Espíritu Santo obviamente tendrán la presencia de Él”.
La ausencia del sacrificio en la vida de una persona impide que la misma reciba el Espíritu Santo, pues el sacrificio significa la propia vida en el altar, y sólo aquellos que sacrifican es que tienen el derecho de recibirlo.