Hablar de enfermedades no es fácil. Cáncer, diabetes, hipertensión, infartos, hepatitis, insuficiencia renal… son ejemplos de las enfermedades más comunes en los ecuatorianos, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos. Eso sin contar las menos comunes y que no tienen tratamiento (el sida, por ejemplo).
Otro problema inherente a las enfermedades es el sufrimiento de quien está enfermo, sobretodo por la necesidad de querer buscar una cura, la cual la medicina no siempre puede ofrecer. Por eso, hay quienes dicen que es necesario aliar la fe con los procedimientos médicos.
Una investigación reciente de los hospitales Thomas Jefferson y el Medical College, en Pensilvania Estados Unidos, mostró que la oración tiene efecto curativo. Según el jefe de la investigación, el doctor Andrew Newberg, el estudio, durante el cual se hicieron exámenes de resonancia magnética, señaló que hay poder en la oración.
No son pocos los testimonios que han demostrado que es posible liberarse de las afecciones, a través del poder de Dios. Por eso, todos los martes se hace una reunión especial para quien, sólo ha escuchado palabras que lo han sentenciado y continúa soportando enfermedades desde hace meses y/o años. Puedes ser sanado por medio de tu fe en Dios. Inténtalo, las puertas están abiertas.
Llevaba meses sufriendo de dolores en el brazo, no podía ni levantarlo
Por dos meses estuve sufriendo de fuertes dolores en el brazo derecho. El malestar era tan intenso que ni siquiera podía levantarlo, mucho menos realizar mis actividades con normalidad.
Pero al pasar por el Pasillo de los 70 Apóstoles, usando mi fe oré y pedí a Dios por mi sanidad. Hoy puedo decir que estoy curada, el dolor desapareció y ahora puedo levantar el brazo, sin ninguna restricción. (Sra. Rosa)
No podía ni caminar a causa de los dolores que tenía en la columna
Llegué a participar de la reunión de Sanidad con fuertes dolores en la columna, tan intenso era el dolor que sentía que ni siquiera podía caminar con normalidad.
No acepté seguir sintiéndome así, por lo tanto mientras pasaba por el Pasillo de los 70 Apóstoles, usé toda mi fe y pedí a Dios mi cura. Él no me defraudó, los dolores desaparecieron por completo, me siento mucho mejor. Puedo regresar a mi hogar curado y sin ninguna molestia, gracias a Dios. (Sr. Salvatierra)
El dolor que tenía en los oídos me había robado la paz, por la fe, ahora estoy curada
Desde hace tres días venía padeciendo de intensos dolores en los oídos que no se me pasaban con nada, era como si un chillido (ruido intenso) me agobiaba en todo momento.
Pero después de pasar por el Pasillo de los 70 Apóstoles, el dolor desapareció, ya no me duele nada y el chillido se esfumó. Ahora puedo decir que estoy curada, gracias a Dios. (Sra. Alejandrina)
Participe este martes a las 7H, 10H, 12H, 15H y especialmente 19H, en la Av. de Las Américas 305, Norte de Guayaquil.