Hace algún tiempo usted conoce la Palabra de Dios, frecuenta las reuniones en la Iglesia, medita en los versículos bíblicos, hace propósitos de fe e incluso transmite lo que aprendió a otras personas, pero aún padece a causa de un problema o lucha incansablemente para alcanzar una bendición.
Mientras tanto, ve a personas nuevas en la caminata de la fe estar realizadas por recibir las gracias divinas que ellas anhelan. ¿Por qué sucede esto? Probablemente, porque hay algo que le impide recibir lo que usted desea.
Primero, hay que entender que la expresión de la fe sobrenatural trae muchas bendiciones. Sin embargo, más que recibirlas, es importante mantenerlas para prosperar en todos los aspectos. Al final, ¿De qué le sirve la persona comprar un coche nuevo, pero no tener paz dentro de casa? ¿O conquistar una promoción en el trabajo, pero no ver su vida amorosa evolucionar?
Si este es su caso, es necesario identificar lo que obstaculiza su desarrollo. Para ello, es necesario estar sensible a la voz de Dios y, entonces, percibir lo que le está desagradando. «A veces Dios ya habló por medio de la Biblia, de un pastor, de un mensaje y usted hasta sabe la respuesta, solo que usted sólo quiere oír lo que le agrada», advirtió el Obispo Edir Macedo en su programa, Palabra Amiga.
Puede ser un pecado que desde hace mucho tiempo Dios le ha pedido que abandone, como también un error aparentemente pequeño del que Él ya le exhortó innumerables veces para librarse. Sin embargo, como usted no le atiende, Él no puede contestarle.
El Obispo también aclaró que, al igual que los errores y los pecados, los sentimientos también impiden a Dios actuar en su favor. «Si tienes dudas, penas, preocupaciones y ansiedad, a pesar de querer, Dios no te ayudará».
En vez de insistir en una voluntad suya, hay que renunciar. Por ejemplo: terminar un noviazgo que no concuerda con las enseñanzas divinas, alejarse de amistades que pueden hacerle mal o dejar de sacar provecho de algunas situaciones. «Él sabe que esas actitudes le traerán consecuencias malas. Entonces, quiere que usted abandone eso para poder atenderle «, enfatizó el Obispo.
Entrega total
Su vida progresa según sus actitudes. Estas corresponden a las ofrendas que usted hace o deja de hacer para Dios y para las personas con las que convive. Por ejemplo, a veces, Dios ya lo avisó para mantenerse callado cuando la voluntad fue a pelear. Pero en vez de hacer esta ofrenda a su prójimo, prefirió exteriorizar su rabia. Siendo así, fue desobediente y, por eso, lo desagradó.
El Obispo explicó que es necesario sacrificar cuerpo, alma y espíritu para recibir no sólo las bendiciones que desea, sino todo lo que Dios tiene para darle. «Usted todavía no se casó, tiene todas las dotes, ¿Pero todo hombre que se presenta a usted sólo quiere sacar provecho? ¿Usted lucha por un trabajo mejor, pero no consigue? ¿Usted ha sido liberado de algo, pero nada sucede? ¿Por qué? Porque usted no mostró su entrega total para Él, un sacrificio, una renuncia, una ofrenda limpia «, exhortó el Obispo.
Fue lo que sucedió con Stéphany Rodrigues Martins, de 22 años (foto a la derecha), que pudo ver su vida amorosa bendecida cuando se entregó totalmente a Dios.
Todavía adolescente, ella vivió un noviazgo conturbado con un muchacho diez años mayor, que la embarazó. Al principio, él iba con ella a las reuniones en la Iglesia Universal y decía que iban a casarse. Sin embargo, poco a poco, ella fue viendo que su comportamiento no era compatible con la Palabra de Dios. A pesar de eso, continuó el noviazgo. «Yo no me entregaba 100% a Dios. Entonces, dejaba que el sentimiento me guiara y cuando vi ya estaba cayendo en pecado con él”.
Esta actitud le trajo consecuencias desastrosas. «Descubrí que él había regresado con una ex novia y que estaba viviendo con ella todo el tiempo. Sólo que ahí ya estaba débil en la fe «, lamentó.
Ella cuenta que Dios ya la había alertado sobre ese noviazgo. «En el fondo Dios me decía que estaba equivocada. Pero yo no estaba sensible a la voz de Dios. «Incluso con señales claras de que mi novio sólo me estaba engañando, preferí creer que él cambiaría», contó.
Después de quedarse alejada de Dios, la joven perdió la custodia de su hijo, peleó innumerables veces con su familia y llegó a vivir de favor. Sólo entonces ella percibió que necesitaba renunciar a su modo de vivir para tener una relación efectiva con Dios. Entonces, se arrepintió, abandonó las actitudes equivocadas y, entonces, Dios pudo bendecirla. «Conocí a un buen muchacho, nos casamos y estoy bautizada con el Espíritu Santo. Hoy, yo sé discernir cuál es la relación que agrada a Dios y que lo más importante, es mi comunión con Él, pues las demás cosas Él añade «, concluyó.
Por tanto, sacrifique lo que Dios le pide. Entréguese a Él completamente y renuncie a su orgullo ya su voluntad personal. Así pues, usted verá su vida avanzar en todas las áreas.
Para ello, participe este miércoles en la Noche de la Salvación, a las 19H y en otros horarios como 7H, 10H, 15H, en la Iglesia Universal, ingresando aquí usted podrá conocer la dirección más cercana a su hogar.