Las primicias representan lealtad / fidelidad. El diezmo son las primicias, éstas son los primeros frutos, lo mejor de todo lo que produzco.
Debo separar la décima parte para quien más considero y Dios debe ser esa persona. Así Él estará por sobre todas las cosas.
Separar estos primeros frutos significa que primero pienso en Dios, muestra que Él es el primero en mi vida. Esto es lo que glorifica a Dios.
¿Quién es el primero en mi vida? Es aquel a quien le doy mis primicias.
Las primicias son importantes para Dios y para la Iglesia, porque la Iglesia no podría llegar hasta los necesitados sin dinero.
Tenerlo es una necesidad en la sociedad en la que vivimos. No podemos ignorar las primicias ni al diezmista. Solamente después de la actitud de fe, sumisión y lealtad de Abram, Dios estableció Su pacto con él, diciendo: “… No temas, Abram; Yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande”(Génesis 15:1).
Entonces Abram se convirtió en el padre de una gran nación, Israel y también formó parte del linaje de Jesús, nuestro Salvador. Las primicias son tan importantes, que fueron instituidos antes de la Ley de los Diez Mandamientos de Dios.