El ayuno de Daniel se basa en el propósito descrito en el capítulo 10 del libro de Daniel, en la Biblia. Durante 21 días, Daniel decidió ayunar para buscar el favor, la sabiduría y el entendimiento de parte de Dios.
Hoy en día, entre las cosas que más obstaculizan nuestra comunión con Dios son las distracciones, todas las formas de entretenimiento e información secular que nos bombardean todo el tiempo.
El Señor Jesús dijo: «El que tenga oídos para oír, que oiga». Mateo 13: 9. Este es exactamente el propósito del Ayuno de Daniel: abrir nuestros oídos a la voz de Dios.
Por esto entre el 2 y 23 de agosto, el propósito especial del «Ayuno de Daniel» tendrá lugar en toda la Iglesia Universal.
La persona hará el sacrificio de abandonar las redes sociales, los contenidos de plataformas de video, películas y todo lo que no tiene nada que ver con la fe en el Señor Jesús. Por lo tanto, ella podrá buscar la presencia del Altísimo e involucrarse con Su mensaje.
No pierda esta oportunidad de recibir el Espíritu Santo en su vida. Siga las noticias en el Portal (universal.org.ec) También participe en las reuniones que tienen lugar diariamente en la Universal más cercana a su hogar.
Cuando escuché hablar del Espíritu Santo, supe que Él era todo lo que yo necesitaba.
“Tenía un buen negocio; sin embargo, de un momento a otro todo se vino abajo porque fui víctima de un trabajo de brujería. Pasé a sufrir de epilepsia, convulsionaba de tres a cuatro veces al día.
Debido a los golpes que sufría por los ataques, me salió un tumor en la cabeza, el cual estaba pegado al cerebro y no había manera de quitarlo; tiempo después, surgió otro en el pecho, ambos eran malignos. Los médicos me daban pocas esperanzas.
Busqué ayuda en los brujos, me hice limpias, pero no tuve éxito. Mi negocio quebró y tuve que salir a vender latas para darle de comer a mi familia. Intenté quitarme la vida varias veces.
Así llegué a la iglesia Universal, donde a través de la fe mi vida fue cambiando paulatinamente, fui curada de los tumores y de la epilepsia. Pero, en el fondo yo sabía que algo más me faltaba. Cuando llegó la propuesta del Ayuno de Daniel supe que el Espíritu Santo era todo lo que necesitaba. Me propuse aislarme de todas las informaciones seculares. Pasé a obedecer la Palabra de Dios y a renunciar a todo lo que me apartaba de Él, entonces recibí el Espíritu Santo. A partir de ese día tuve paz, alegría, mi forma de ver la vida y a las personas cambió, Él me dio una nueva mentalidad y me dio visión para conquistar mis objetivos a través de la fe. Recuperé mi negocio y puse una sucursal más. El Espíritu Santo es la dirección correcta y cuando Lo obedecemos Él nos muestra Su Poder”, concluye.