“Porque has puesto al Señor, que es mi refugio al Altísimo, por tu habitación.” Salmo 91.9
Para hablar es preciso también vivir en el Refugio de Dios. Y la condición para permanecer en ese lugar es negar su propia voluntad, despojarse de todo y de todos. La entrega total de la vida es lo que Dios pide de cada uno:”Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.” (Deuteronomio 6.5)