“Tú eres mi escondrijo y mi escudo; en tu palabra espero.” Salmo 119.114
Ese Lugar en el que Dios da el refugio es el Altar. Es seguro, el mal no tiene acceso, pero la permanencia en ese Escondrijo sólo es posible si la persona es sellada y tiene el Escudo del Espíritu Santo. Así ella recibe la paz y la esperanza prometidas en Su Palabra.